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Tras unas semanas algo desconectada, con muchos proyectos en mente, hoy os traigo un consejo para regatear con éxito.

Como ya  os expliqué en el post "A regatear se ha dicho", comprar en Marruecos no es llegar y pegar. El regateo requiere su tiempo. El comercio en Marruecos funciona así y debemos ser conscientes de ello.

Pero o a veces, el regateo puede llegar a un punto de atasco en la M-30. Los precios ya se parecen bastantes (el que te propone el comerciante, y el que tú ofreces), pero tú ya no quiere pagar más, has superado tu límite, y claro, el comerciante, no quiere cobrar menos... pero por otro lado ya estás bastante metido en la negociación y además estás bastante interesado en el producto en sí, como para abandonar ahora. ¿qué haces ahora?

En estos casos, podéis recurrir a mi truco para regatear con éxito


Pues bien, una vez llegados a ese punto. Y defendiendo un precio razonable, del que tú ya no estás dispuesto a subir, yo lo que hago es mostrar el dinero. Se trata de un o lo tomas o lo dejas. Y en la inmensa mayoría de los casos suele funcionar. Eso sí, recalco, el precio debe ser justo. No se trata de ofender al comerciante. Lógicamente si acepta el dinero es porque en realidad está ganando. Ellos siempre ganan. A veces más a veces menos. Pero si ve el dinero en ese punto de la negociación, entiende que estás dispuesto a realizar la transacción.

Ojo, el regateo no se inicia así. No se trata de llegar con el puñado de dirhams en la mano. Debe haber habido un regateo previo.

Espero que este consejo os saque de algún apuro!!


El regateo es tan antiguo como el comercio, antes incluso del dinero. Yo diría que es la base de los negocios de hoy en día, lo único que ocurre, que aquí en Occidente, se regatea en torno a una mesa a la que llamamos de negociaciones.

La verdad es que resulta curioso ver como esta costumbre no se ha perdido en países como Marruecos, tan próximos a nuestra cultura. A quienes viajan por primera vez al país vecino, esto les choca bastante, ya que en nuestra sociedad de consumo, los precios ya están marcados en su etiqueta.

Hoy os traigo algunos consejos para aquellos que planean viajar al país vecino y por tanto iniciarse en el arte del regateo. Pero antes, hay algunos detalles que debemos tener en cuenta.


  • Tenemos preconcebido que los precios son más bajos que en nuestro país, y sí es así, pero no existe una diferencia abismal, como suele suceder en el continente asiático, India, Vietnam...
  • Depende del lugar los precios varían bastante. Ya os he comentado en alguna otra ocasión, que Marrakech es la ciudad más cara para ir de compras, eso sí, en Marrakech encontrarás todo lo que busques y más. Los precios en la zona norte del país sin embargo, son más asequibles.
  • Cuidado en las excursiones organizadas. Los guías siempre te suelen llevar a tiendas en las que ellos se llevan algún tipo de comisión, por lo que seguro que los precios son más elevados que en la tienda de al lado.
  • El precio final también depende de tu actitud. Nunca hay que ser groseros con los comerciantes. Si les caes bien, te van a rebajar más su oferta. Eso es así. Sé simpático. Me molesta ver al típico turista antipático y altivo, y créeme, a ellos también.

Tips del regateo


Hay quienes dicen que el precio que debes pagar por un artículo, debe ser un tercio del primer precio ofrecido por el comerciante. Ahora bien, ya os digo que en el regateo no hay una norma fija. Se trata de un acuerdo, de un negocio, por tanto, la clave es que ambas partes queden conformes en el trato

Mi primer consejo si aun no tienes experiencia en esto del regateo es ponerse un límite a uno mismo y no subir de ahí

Lo primero es pensar cuánto estoy dispuesto a pagar y si realmente me quiero llevar el artículo por el que estoy interesado antes de efectuar la pregunta mágica: "¿qué precio tiene?".
Esto lo digo porque a veces te ves inmerso en una puja al alza de la que no sabes salir por desconocimiento, y empiezas a agobiarte hasta que finalmente te acabas llevando algo que realmente no querías por un precio bastante elevado.


Por eso hay que tener en cuenta mi segundo consejo, hay que saber decir que no.

Que sí, que los comerciantes te intentan persuadir hablándote en español, contándote las mil y una maravillas del producto en cuestión, ofreciéndote un té y a ti te da pena hacerle el feo de no comprarle. No te equivoques, por supuesto ellos sacan todo su repertorio de halagos. Son excelentes comerciantes desde sus orígenes. Al siguiente turista que vaya a su tienda le agasajarán igual. Si realmente no quieres el artículo y por muy insistentes que sean, di que no. Sé simpático. Un no, no significa tener que ser borde con el comerciante. Inventa cualquier excusa: Ahora no llevo suficiente dinero, vuelvo luego, tengo que comprar antes otra cosa, etc. Son mentiras piadosas. Ellos ya saben que no volverás, pero de esa manera saldrás airoso del regateo.

Tercer consejo y no menos importante, nunca iniciar un regateo

A veces los avispados comerciantes te preguntarán primero cuánto pagarías por algo, para así tantear el terreno. Di que no sabes, y haz que sea él quien inicie el duelo. Te digo esto porque a veces, pensamos que algo tiene un precio superior al que realmente tiene, y si decimos ese precio estamos perdidos. De ahí para arriba. Nunca nos van a decir que algo cuesta menos del precio que nosotros hemos dicho.

Cuarto y último consejo, no aceptes la primera contraoferta.

Un regateo lleva su tiempo, por eso si vas con prisa, te recomiendo directamente no entrar en una negociación. Esto funciona así. Comerciante propone un precio, tú le propones otro, mucho más bajo (siempre razonablemente), el comerciante realiza una contraoferta más cercana a su precio que al tuyo.... Pues esto debe continuar hasta que ambos precios iniciales, el suyo y el tuyo estén igualados. No olvides que se trata de que ambas partes queden satisfechas con lo acordado.


Espero que estos consejos te sirvan. Si tienes alguna pregunta, espero tus comentarios.



Ojalá no hubiera tenido nunca que escribir este post, pero las circunstancias mandan.

No soy musulmana, pero respeto el Islam, como respeto el Cristianismo, el Budismo, el Judaísmo, o cualquier otra religión en la que el ser humano quiera creer.
El hombre siempre ha sentido la necesidad de creer en algo. Como seres racionales que somos, buscamos respuestas, esperamos un paraíso, una reencarnación, en definitiva, necesitamos tener fe.
Esa es la misión de la religión, dar explicación a nuestras preguntas, dibujarnos el paraíso, guiarnos hacia la reencarnación, mantenernos viva la fe.

Como he dicho, respeto las creencias de cualquier ser humano, pero no respeto que en nombre de un Dios, unos desalmados impartan su propia ley, porque es eso, su propia ley. No es la palabra de Alá. No es su voluntad, ni la del pueblo musulmán.
Si existe un Dios, llamémosle como le queramos llamar, no creo que quisiera un derramamiento de sangre. No querría acabar con la vida de nadie por no compartir unas creencias, o simplemente por tomarse la vida con humor.

Podemos estar de acuerdo o no con las prácticas de la religión islámica. Para empezar, yo creo que no se puede juzgar desde el desconocimiento.
Como todas las religiones, el Islam predica cosas maravillosas y otras que podemos no compartir. Pero entonces deberíamos analizar una a una cada religión, empezando por la cristiana.

Yo adoro Marruecos, y he conocido gente maravillosa, musulmanes en su mayoría, que por supuesto no comparten este movimiento terrorista y que respetan la libertad del prójimo, como predica el Corán.

Por favor, no podemos satanizar a todos los practicantes de una religión pacífica como es el Islam. Yihadista no es sinónimo de musulmán.
En estos días he leído y escuchado comentarios xenófobos hacia el pueblo musulmán, que me gustaría no haber leído, así como me gustaría que lo ocurrido en París, NUNCA hubiese sucedido.
Pero lo que no podemos hacer es cargar contra una religión que practican más de mil millones de personas en el mundo, solo porque unos pocos hayan decidido re-interpretarla.
Que aunque sea triste, la historia de las religiones siempre ha estado manchada de sangre. Que a nadie se le olvide lo ocurrido durante la Edad Media con las Santas Cruzadas, que de santas poco tenían.

Ahora más que nunca, aprendamos de los errores del pasado y caminemos unidos, sean cuales sean nuestras creencias, en contra del terrorismo. Estoy segura que si existiese un Dios, así lo querría.

¿Cómo van esas Navidades?

Espero que bien. Yo estoy pasando unos días en Sevilla con la familia, aunque parte de mí querría estar en Marruecos.


La Navidad es una fiesta de origen cristiano, que no está presente en la religión musulmana, la religión oficial de Marruecos. Por tanto estas fechas no se celebran como tal en el país magrebí.
Y a diferencia de lo que algunos creen, el día de año nuevo tampoco es fiesta señalada en su calendario.
El mundo islámico se rige por el calendario hegiriano, que hace referencia a la hégira, la peregrinación que realizó el profeta Mahoma hacia la Meca en el 622 d.C.
A diferencia de nuestro calendario solar, el calendario se rige por 12 ciclos lunares de 28 o 29 días. Es por tanto 11 o 12 días más corto que el nuestro. Eso implica que nuestras fechas de fin de año no coincidan. Este año, por ejemplo, el Año nuevo islámico tuvo lugar el 25 de octubre.

Pero bueno, no desesperes si viajas estos días a Marruecos y crees que no vas a encontrar plan para esta nochevieja. 



Como ya os he dicho en alguna otra ocasión, Marruecos es un país en cierta medida occidentalizado y sobretodo eso se nota las ciudades más turísticas como pueden ser Marrakech o Essaouira. Por este motivo, y debido a que el turismo es el principal motor de estas ciudades, no iban a dejar escapar la oportunidad de festejar un acontecimiento tan popular en los países occidentales.
No encontraréis un reloj en la plaza Jemaa el Fna, pero sí fiestas organizadas en clubs y restaurantes de la ciudad, sobretodo los situados en la zona nueva de la ciudad, el barrio de Gueliz y más concretamente Hivernage.


Os dejo aquí el enlace de la que organiza Comptoir Darna, uno de los clubes más destacados de la ciudad.

También el club Theatre organiza fiestas durante todas las fechas navideñas. Podéis consultarlo aquí


Y si te apetece algo más tranquilo, también hay opciones para ti.

El desierto puede ser la clave. Sobretodo en el área de Merzouga son muchos los hoteles y campamentos que organizan algo especial para la noche de fin de año, con las estrellas como fondo y reemplazando las uvas por aceitunas. Nunca he pasado un fin de año allí, pero debe ser increíble,

Lo dicho, Feliz Año a todos y mis mejores deseos para 2015!!





Si hay una bebida más popular que la Coca Cola en Marruecos, es sin duda el té moruno, té a la menta o como dicen ellos, el auténtico whisky bereber.

Se trata de un tipo de té verde conocido como gunpowder que los británicos introdujeron en Marruecos en el siglo XIX, procedente de la India. Pero la peculiaridad del té moruno es la utilización de la menta en su preparación.
No es cualquier variedad de menta, sino una en concreto, Mentha Spicata, más conocida como Hierbabuena. Una planta aromática muy utilizada en postres y coctelería, que en Marruecos ha encontrado su combinación perfecta. Y es que degustar un té moruno es toda una experiencia para los sentidos.

La hierbabuena posee además propiedades medicinales. Principalmente ayuda a facilitar la digestión aunque también es analgésica y antiinflamatoria.

El agradable aroma de esta planta invade las calles de ciudades y pueblos. Hay multitud de puestos que se dedican exclusivamente a su venta. Cortada no dura mucho, apenas una semana. Pero si quieres traerte hierbabuena de Marruecos puedes comprarla desecada y embolsada. No es lo mismo pero conserva todo su aroma. Aunque lo más cómodo, si queréis disfrutar de un té moruno en casa es comprar la preparación de té con hierbabuena ya hecha. De esta manera si no tenéis mucha práctica en su preparación, no fallaréis.












Hay mucho que ver en Marruecos, pero sin duda, el desierto es un destino clave.
Ya os comenté en otro post que recientemente se ha estrenado una ruta aérea entre Madrid y Ouarzarzate, que nos acerca aun más al desierto. Pero las posibilidades de viajar al desierto se multiplican estando en Marruecos, principalmente en Marrakech.

Desde allí existen muchas opciones para visitar el desierto, principalmente el de Merzouga, el más turístico (o como dicen ellos, el desierto de Coca-Cola).
Son muchas las agencias que ofrecen paquetes turísticos de varios días en los que se incluye pasar una noche en el desierto. Los tours pueden ser privados o compartidos en grupos de unas 15 a 18 personas. Los viajes privados tienen sus ventajas, ya que puedes adaptarlo a tus necesidades: decidir la categoría de los hoteles, el transporte, etc. Mientras que la principal ventaja de los viajes compartidos es económica. Al ser viajes en grupo el precio por persona es bastante asequible.

Para mi último viaje a Marruecos, mi chico y yo contábamos con poco presupuesto así que optamos por hacer un viaje compartido, del que hoy os cuento mi experiencia.

Mi experiencia en un tour compartido

La verdad es que yo prefiero llevar las cosas bien atadas siempre que viajo. Por eso esta vez, reservamos previamente el tour a través de internet en la web de marrakechairporttransfer.com por 77,10€. En principio, pensábamos contratarlo a través de HostelsClub pero nos dimos cuenta que sólo actuaban de intermediarios, y que su precio suponía unos 10€ más.
El precio del tour también incluía el traslado desde el aeropuerto hasta tu hotel o riad.

En el mismo Marrakech también podréis contratar este tour ya que existen muchas agencias que lo ofrecen. Os preguntarán por la calle, e incluso podréis regatear el precio. También en muchos riads lo suelen ofertar.

Puntualmente el día de nuestra llegada a Marrakech un conductor de la agencia nos recogió en el aeropuerto y nos llevó hasta nuestro riad. En este trayecto perdí mi teléfono móvil pero no me di cuenta hasta que no estuvimos en el riad. Sufrí una crisis temporal ya que mi teléfono era el que habíamos dado para todas las reservas. Pero finalmente decidí tomármelo con filosofía...

A primerísima hora de la mañana, nos vienen a buscar al riad como habíamos acordado. ¡Menos mal!, no tener móvil me había creado inseguridades: Y si no vienen, y si no me localizan...
Nos acompañan hasta el minibús donde nos encuentramos con el resto de expedicionarios. El conductor, Yossef, es muy amable. Chapurrea un poco de inglés y otro poco de italiano así que conseguimos entendernos. Le cuento lo ocurrido el día anterior, a mi llegada a Marrakech, y le pido por favor si puede localizar al conductor que me había recogido en el aeropuerto. Yossef hace unas llamadas. Ahora habla en árabe así que no entiendo nada.
Nos ponemos en marcha y al cabo de un rato suena el teléfono de Yossef. ¡Es mi conductor!, que efectivamente tiene mi móvil. Yossef me pasa el teléfono y consigo hablar con él. Me dice que a mi regreso a Marrakech vendrá a entregármelo. En ese momento suspiré de alivio y pude echar mi primera cabezadita tranquila.
Tras atravesar el Atlas, la primera gran parada es en Ait Ben Haddou, donde nos espera un guía local llamado Mohamed que nos enseña el ksar. La visita es un poco rápida. No tenemos suficiente tiempo para poder disfrutar del lugar pero bueno, en estas excursiones ya se sabe.

Nos llevan a un restaurante donde comemos y aquí es donde se produce el milagro. Cuando estábamos levantándonos para irnos, por la puerta del restaurante veo aparecer a mi conductor. Él me reconoce y viene hacia mí para entregarme mi teléfono. No estaba previsto que coincidiéramos allí, pero él llevaba mi móvil encima por si acaso y la casualidad hizo el resto. Nos fuimos y yo infinitamente agradecida por la honradez de este hombre y feliz por haber recuperado mi preciado teléfono.
Partimos de nuevo. Paramos en Ouarzarzate, donde recogemos a otros dos viajeros. Apenas tenemos tiempo para poder visitar la Kasbah de Taurit ni el Museo del Cine. Seguimos en rumbo, atravesando el Valle de las Mil Kasbahs, el Valle de las Rosas, donde hacemos una breve parada y llegamos finalmente a las gargantas del Dades donde hacemos noche en un hotel. El hotel tiene unas vistas preciosas. Mi habitación da hacia el río. Eso sí, comodidades pocas.
Bajamos al salón, donde nos esperaba una chimenea encendida porque ya hacia frío y una cena muy rica. Sopa harira y cuscús. Cenamos todos juntos y tras una breve sobremesa cada cual se fue a su habitación.

Al día siguiente también madrugamos. Con caras de sueño desayunamos y partimos de nuevo. Paramos en la ciudad oasis de Tinghir. Allí otro guía local llamado Moha nos recibe y nos muestra los cultivos del valle, explicándonos de que manera trabajan las mujeres y contándonos un poco de historia sobre la ciudad. Después nos dirijimos a una casa tradicional donde fabrican alfombras. Nos sirven un té mientras nos muestran de que manera se teje, cuánto tiempo les lleva y finalmente las creaciones. La verdad es que las alfombras son preciosas, y sus precios no son desorbitados como en Marrakech, pero aun así, el grupo en general es bastante joven y no se muestra interesado por comprar.

Así que marchamos, esta vez para ver las Gargantas del Todra. Moha nos acompaña en el minibús, amenizando el recorrido con chistes y bromas. Comemos en un restaurante, nos despedimos de Moha y nos ponemos rumbo a Merzouga. Momento siesta en el minibús.


Hicimos dos breves paradas más hasta llegar a Merzouga. Y claro, con tanta paradita, cuando llegamos al desierto estaba atardeciendo y entre que subimos al camello y llegamos al campamento se nos hizo de noche. A mí esto me cabreó bastante, porque creo que el desierto es la atracción principal del tour y realmente apenas pudimos disfrutar de él. En el campamento de jaimas había tablas de snow para poder hacer sandboard, pero ya no había suficiente luz. Tampoco para hacer fotografías.
Una pena.


La noche en el desierto fue también demasiado descafeinada en comparación con otras veces que he ido. Los beréberes que nos acompañaban no tenían mucho interés por animar la velada, así que tras la cena nos conformamos con mirar las estrellas hasta que nos entró frío y nos metimos en las jaimas.

Por la mañana ocurrió lo mismo. Nos despertaron al amanecer y de nuevo al camello hasta el hotel donde tomamos el desayuno y nos pudimos asear un poco.

Tras el desyauno nos esperaban largas horas en la carretera con breves paradas y tan sólo una hora para comer en Ouarzarzate. Atravesar el Atlas de vuelta fue una auténtica odisea ya que uno de los chicos comenzó a encontrarse mal y a vomitar. Por tanto tuvimos que hacer más paradas de las que teníamos previstas. Doce horas después llegamos a Marrakech, nos despedimos de todos, nos dimos los emails y volvimos al riad para darnos una ducha y descansar.

Mi opinión sobre el Tour Low Cost al desierto

La verdad es que la inmensa mayoría de agencias (no sólo las que organizan viajes en grupo) programan la excursión al desierto de Merzouga en tres intensos días.
Yo particularmente no creo que este viaje esté bien planteado porque pasas el último día entero, metido en un minibús sin saber como ponerte. Así que si dispones de tiempo, yo recomiendo dividir el viaje al desierto en 4 días, pasando la última noche en Ouarzarzate. Yo lo he hecho así en alguna ocasión y se hace mucho más llevadero, sin tener la sensación de haber perdido un día en la carretera. Si realizas un tour privado puedes consultar con la agencia de viajes la posibilidad de hacerlo de este modo y si no, siempre puedes hacerlo por tu cuenta. Esto os lo contaré en otro post.

Por otro lado destacar la formalidad de la agencia y de sus conductores. Puntuales y honrados. No sólo por el detalle de mi teléfono móvil sino por el trato que recibimos de Yossef, un gran hombre y un gran conductor.

También comentar que en ningún momento nos sentimos obligados a comprar nada, ni siquiera en la casa beréber donde nos mostraron las alfombras, como suele ocurrir en otras excursiones donde los guías se llevan comisión de ciertas tiendas. Probablemente el guía tendría algún acuerdo con este artesano, sin embargo, al ver que nadie del grupo se mostró interesado nos despidieron cordialmente sin más. Tampoco paramos en ninguna otra tienda, ni nos quisieron vender nada durante el viaje como he leído que sucede en otros tours.

Tour low cost ¿sí o no?

Es tu opción si...

Viajas sólo.
Es una opción realmente económica para quien viaja sólo o en pareja.

Si te gusta relacionarte con gente de otros países, conocer otras culturas, practicar idiomas...
Para mí esto es uno de los puntos más positivos del viaje. El tour es multicultural: australianos, canadienses, franceses, ingleses, italianos, americanos... Aprenderás mucho y harás amigos.

Si dispones de pocos días
Para mí la mejor opción para visitar el desierto es hacerlo por tu cuenta, o en una excursión privada que previamente organices con una agencia en función de tus intereses y tu tiempo, sin embargo, si cuentas con pocos días, esta excursión es tu mejor opción.

No es tu opción si...

Necesitas de un guía que te lo vaya explicando todo. 
En los tours lowcost el conductor hace las veces de guía. Pero no todas las veces. Y hay cosas que si no las sabes o no te las cuentan las pasarás por alto en este viaje.

Lo que de verdad quieres es disfrutar del desierto.
Yo quería correr y saltar por las dunas para probar mi recién estrenada gopro pero esta vez me quedé con las ganas. Creo que la excursión está pensada para realizarla en los meses de verano, cuando hay más horas de luz. Nosotros la hicimos en octubre, que ya anochece antes. Pienso que en los meses con menos horas de luz se podría suprimir alguna que otra parada para disponer de más tiempo en el desierto. Pero bueno, a esto te expones cuando viajas en grupo. No depende de ti.
Para mí fue una pena, haber llegado tan tarde. Y eso que yo ya he estado anteriormente en el desierto. Pero para una persona que viaja por primera vez, creo que le sabe a poco.

El inglés no es lo tuyo.
Piensa que los grupos suelen estar formados por unas 17 o 18 personas. Aunque no todas procedan de países angloparlantes, el inglés se acaba convirtiendo en el idioma oficial del tour.

Buscas comodidad.
Ni el vehículo, ni los hoteles son los más confortables pero por el precio, no puedes esperar más.

¿Y tú cuál crees que es la mejor forma de viajar al desierto?
Espero tus comentarios

Si hay algo que no puede faltar en mi lista de compras cuando viajo a Marruecos son sin duda las especias.

Los árabes, fueron excelentes mercaderes, pero sin duda destacaron por tener el monopolio del comercio de las especias durante al menos 5.000 años. Los árabes compraban las especias en la India y la transportaban por rutas tanto marítimas como terrestres hacia los puertos del Mediterráneo. Allí las revendían a comerciantes italianos que eran los encargados de su distribución por Europa.

Con todos estos antecedentes, en la gastronomía marroquí no podían faltar las especias. De hecho, yo diría que las especias son la clave de la gastronomía marroquí.

Hoy os voy a hablar de la mezcla de especias más popular en Marruecos, Ras el Hanout


Ras el Hanout es una mezcla de especias (entre 5 y 30 especias distintas) y por tanto con una fórmula no exacta en su composición. Cada comerciante crea su particular versión de Ras el Hanout, aunque existen unas especias que sí suelen estar incluidas y que coinciden con ser las más usadas en la cocina marroquí: canela, azafrán, cúrcuma, pimienta negra, cardamomo, pimentón, nuez moscada o jengibre entre otras.

Existen diferentes leyendas y creencias sobre el origen del Ras el Hanout, pero la más extendida es la que cuenta que un comerciante de especias llamado Abdalá, acudía al mercado de la antigua ciudad bereber de Siyilmasa (la actual Rissani) con sus dromedarios cargados con sacos de diferentes especias. Al llegar, Abadalá descargó cuidadosamente sus preciados sacos para poder venderlos en el mercado. Pero entonces, sus dromedarios se enzarzaron en una gran pelea, rompiendo los sacos, quedando las especias esparcidas por el suelo y mezcladas entre sí.
El avispado comerciante recogió la mezcla de especias del suelo, llenando nuevamente sus sacos e intentó sacar partido al problema.
Aprovechando la próxima festividad del Cordero, Abdalá vendió la mezcla de especias como si de una combinación exótica se tratase, la cual era popular en toda Arabia, y cuya fórmula sólo conocía él. Su "engaño" fue un auténtico éxito, y pronto la peculiar mezcla de especias se popularizó en el norte de África. Hoy en día, es la mezcla de especias más característica de Marruecos.

Ras el Hanout significa literalmente "cabeza de la tienda" refiriéndose a lo mejor de cada tienda. Por tanto, cada vendedor añade su toque particular a la mezcla de especias. En algunos casos, también se le añaden flores como la Lavanda o la Rosa de Damasco.

La receta más popular en la que el Ras el Hanout es protagonista es el Tajine de Mrouzia, aunque esta mezcla de especias se puede utilizar en otras muchas recetas. Eso sí, usada con moderación, ya que su sabor es intenso. Un dicho un poco machista dice que el Ras el Hanout hace que todas las mujeres sean excelentes cocineras ya que su sabor puede camuflar las malas artes culinarias.

Las especias en Marruecos, las suelen vender al peso en bolsitas de plástico, por lo que os recomiendo al llegar a casa, las vertáis en botes de cristal para que conserven bien todo su sabor.
Yo utilizo esta especia para darle un toque especial a los arroces y guisos. También lo utilizo para aderezar el pollo y para hacer salsas para acompañar otras carnes. Pronto quedará inaugurada la sección de Recetas, donde os mostraré como utilizar el Ras el Hanout en algunos guisos, carnes, etc.

¿Sabes diferenciar una kasbah de un ksar?


Hoy os quería aclarar dos palabras que a menudo son confundidas: Kasbah y Ksar.
Bien es cierto, que dependiendo del país, ambos términos adoptan significados diferentes.
Pero yo os voy a hablar de la definición que acoge en el sureste marroquí. Y así, si vais a Marruecos, no metéis la pata. 

¿Qué es una Kasbah?

La kasbah es una casa fortificada, cuadrada o rectangular, con muros altos y flanqueada por cuatro torres de vigilancia a cada esquina. Principalmente las kasbahs cuentan con un patio central que dispone la distribución de las estancias.

Las kasbahs originales están construidas al igual que el resto de la arquitectura tradicional beréber. Utilizando como material principal el adobe, que no es otra cosa que una amalgama de barro y paja, secada al sol. Este material, tan primitivo, usado ya en la antigua Mesopotamia, es un excelente aislante térmico tanto para el frío como para el calor. 

Las kasbahs servían como residencia a familias con determinado poder, que en su interior se encontraban protegidas frente a posibles ataques, gracias a sus altos muros. Y en otros casos, también se utilizaban como fortines militares.

¿Qué es un Ksar?

Las kasbahs podían estar incluidas dentro de un ksar o lo que es lo mismo, una ciudad fortificada. De hecho podía haber varias kasbahs dentro de un mismo ksar.

A su vez, el ksar también contaba con torres de vigilancia y una muralla con acceso a través de grandes puertas. En su interior se ubicaban viviendas donde habitaban decenas de familias e instalaciones de uso común como podía ser el granero o la mezquita.

Estos pueblos fortificados se asentaban en oasis, donde la presencia de agua les permitía la subsistencia. También constituían un punto de abastecimiento y mercadeo para las caravanas que cruzaban el desierto.


Este es el ksar de Ait Ben Haddou, uno de los más importantes y sobretodo, yo diría que el más turístico de Marruecos, del que ya os hablaré en otro post. Como podéis ver, cuando digo ksar me refiero a todo el pueblo. Sin embargo la kasbah es la casa fortificada que vemos a la derecha y que os muestro en la siguiente foto.


Por último, como curiosidad, comentaros que ambas palabras tiene cabida en nuestro diccionario actual, aunque sólo en el origen. Nuestro término Alcazaba deriva de kasbah, mientras que Alcázar proviene de ksar.

Hay quienes cuando viajan quieren no tener que preocuparse por nada y que les lleven y que les traigan. Yo, en mis viajes suelo ser más intrépida. Nunca voy a la aventura. Antes de viajar he mirado y remirado información, hoteles, restaurantes, lugares no tan típicos, etc. Pero sí me gusta ir a mi aire, sin un guía que me diga: "corre corre", detrás mía.

Lo más habitual, si lo que buscamos es ir a nuestro aire, es alquilar un vehículo. Para mí, alquilar un coche me ofrece LIBERTAD. La posibilidad de ver lugares que no están en las guías de viaje, de parar en cualquier rincón para hacer una simple fotografía. De decir, estoy cansada y aquí descansamos, de perderse y tener que preguntar. En definitiva, de vivir mi viaje y no el de otros. Pero lo que para mí son ventajas, puede que para otros sean inconvenientes y no a todo el mundo le tiene porque gustar atreverse a descubrir un país de otra manera. Por supuesto, todo es respetable, pero yo hoy os voy a hablar de cómo es conducir por Marruecos.


Conducir en Marruecos


Alquilar un coche

Aunque Marruecos es un país que para el viajero resulta económico, alquilar un coche, no es precisamente barato. Las compañías de alquiler de vehículos que operan en el país, son las mismas  que podemos encontrar en cualquier país de Europa: Avis, Hertz, Europcar... y sus precios por tanto son bastante europeos. También, cuenta con que normalmente te harán pagar una fianza y un seguro. La fianza te la cobran a modo de prepago. Es decir te bloquean un dinero, que al devolver el coche se te devuelve. Yo no he tenido nunca problemas de que no nos hayan devuelto la fianza, aunque eso sí, no suele ser inmediata. De todas formas, si alquiláis un coche os recomiendo guardar toda la documentación hasta el final. Más vale ser precavidos.
Por lo demás, alquilar un vehículo en Marruecos no tiene más complicación que en ningún otro sitio.
Eso sí, aunque estemos pagando precios europeos, la flota de coches deja mucho que desear. Pero bueno, cumplen su acometido y con eso es lo que nos tenemos que quedar.

La gasolina

Parar a repostar en Marruecos no es nada difícil. Me sorprende que pequeñas aldeas cuenten con su propia gasolinera. Y en las autopistas existen grandes áreas de servicio que disponen de gasolinera, baños, restaurante, tienda, etc.
Pero lo que más me sorprende de las estaciones de servicio en Marruecos es nuevamente su precio. A mi parecer, para el nivel adquisitivo del país, el precio del combustible es demasiado caro. Por eso no es de extrañar ver a familias enteras sobre una moto, o camiones en cuyo remolque viajan grupos de personas. Hay que amortizar la gasolina!!


Las carreteras

La mayor parte de la población de Marruecos se encuentra al norte del país, donde están ubicadas las ciudades imperiales, las tradicionalmente más importantes y también las más turísticas.
Es por eso, que en el norte del país existe una buena red de autopistas de peaje, que además de estar en perfectas condiciones de conservación, suelen tener poco tráfico. El límite de velocidad es de 120km/h al igual que en España y están bastante bien señalizadas tanto sus salidas como sus entradas.

Sin embargo si lo que queremos conocer es el sur de Marruecos, la cosa cambia en cuestión de carreteras. La autopista más al sur, es la que conecta Marrakech con Agadir (en la costa atlántica). El resto del país está comunicado por carreteras nacionales y comarcales. Las carreteras nacionales se parecen mucho a las que teníamos en España hace veinte años. Esto quiere decir que tendrás que pasar pueblo por pueblo, reduciendo la velocidad a la entrada de cada municipio, ya no sólo por normativa, sino por el ir y venir de sus gentes: Carros tirados por burros, mujeres y hombres que cruzan sin mirar, niños que juegan a la pelota en la carretera. Parece insólito y la primera vez sorprende bastante, pero luego te llegas a acostumbrar.


Esto hace que las distancias pese a ser cortas parezcan tan lejanas. Y aunque Google Maps te indique que vas a tardar dos horas en llegar a tu destino, pronto te convenzas de que no será así. Las distancias por carretera en Marruecos se suelen hacer pesadas, por lo que te recomiendo que lo tengas en cuenta a la hora de planificar tu viaje (yo intento no marcarme destinos muy lejanos entre sí). Hay que tomárselo con la misma calma que va todo en el país.



Las ciudades suelen ser un poco más caóticas en cuanto a tráfico se refiere. Rotondas que nadie respeta, peatones cruzando por todos sitios menos por los pasos de cebra. Y la señalización es un poco confusa incluso a veces inexistente. Por eso, yo creo necesaria la utilización de un gps si vas a conducir por carretera en Marruecos.


La policía y sus radares 

Este es el punto que más me cabrea. No entiendo que exista tanto control policial a la caza de multas tan fácilmente cuestionables. Bueno, si lo entiendo, es puramente un afán recaudatorio y a veces, corrupción disfrazada de policía. 
Pero bueno, os hablo desde España, el país que está en boca de todo el mundo, precisamente por el tema de la corrupción. Y esto me indigna aquí y allí. 

Hay demasiada policía a las entradas y salidas de las ciudades, haciéndote supuestamente controles rutinarios. No penséis que van a la caza del turista. Son los propios marroquíes quienes se ven más perjudicados por este acoso policial. Pero bueno, suele intimidar que un policía te dé el alto, aunque finalmente te deje marchar, tras haberte preguntado a donde vas.

También hay demasiado control de velocidad, pero claro, no nos pensemos que hay radares fijos instalados en las carreteras y autopistas. Los radares marroquíes son manejados por Agentes, normalmente desde trípodes escondidos. Resulta muy curioso verlos a pleno sol detrás de un puente en la autopista, o detrás de un árbol de una carretera nacional. Así que cuidado, porque están al acecho y si te pillan tendrás que pagar una multa de 300 dirhams en el acto. ¡No hay quien se escape!
En las autopistas está señalizada la presencia de radares. Eso sí, nos avisa de su posible presencia en los próximos 30 km. Al pasar esos 30km nos vuelve a aparecer el mismo cartel, advirtiendo los próximos 30km y así consecutivamente. Es decir. Pueden estar en cualquier punto de la autopista, y no precisamente en tramos conflictivos. Y a la salida del peaje, la patrulla de turno, estará esperando a quienes hayan infligido la ley.

Hay quienes les han cazado y les ha servido el truco de poner cara de no me entero de nada, pero eso depende de las circunstancias, de la persona y del policía que te toque. Yo solo aviso!!

El código de luces y cláxones marroquí

Los marroquíes conducen con la mano pegada al claxon. No me preguntéis porque, pero es así. A veces no sabes quien está pitando y a quien le pita. Yo al principio siempre preguntaba: "¿pero nos pita a nosotros?". Al principio agobia tanto claxon, pero ya veréis que es algo habitual allí. Es su modo de advertir peligro, pero también, de decir espabila que el semáforo ya está en verde. Diréis que esto también ocurre en España, pero os aseguro que no a este nivel.

Pero lo que yo no he llegado a entender todavía es su código de luces. A veces vas por la carretera y el conductor que circula en sentido contrario al tuyo te hace una ráfaga de luz larga, otras te hacen dos, otras veces las ráfagas van acompañadas de gestos. En algunos casos compruebas que te están avisando de la presencia de policía en las cercanías, pero otras veces, supongo que quiere decir que adelantes porque no viene nadie, o que pases o vete a saber. Me queda pendiente descifrar este código, así que si hay algún marroquí por aquí le invito a que lo cuente.

Por lo demás a mi me parece súper divertido conducir por Marruecos. Bueno, también tengo que decir que normalmente voy yo de copiloto, así que también quizás me guste más porque voy cámara en mano, dejándome sorprender por casi todo. 
Y nada, espero que estos consejos te sirvan, si tienes planteado hacer un viaje a tu aire.


De compras por Marruecos



Marruecos es mi particular paraíso de compras. Cada zoco es una perdición donde puedes encontrar cosas maravillosas.

Hoy os hablaré del kilim


A diferencia de una alfombra, el kilim es un tejido plano que se realiza entretejiendo los hilos de la trama. Podíamos decir que es similar a un tapiz. Sus motivos son principalmente geométricos y predomina el color, que se obtiene a través de tintes naturales, como la henna o el índigo. No sé sabe a ciencia cierta el origen de estos tejidos, pero actualmente su elaboración tradicional continúa en manos de pueblos nómadas de origen musulmán, como los beréberes.


Principalmente los kilims son utilizados como alfombras o a modo decorativo en paredes, sin embargo en los últimos tiempos, en Marruecos estos tejidos se están incorporando al diseño de bolsos, botas, cojines...
Sus vivos colores están marcando tendencias y ya son muchas las bloggers de moda que se han apuntado a la tendencia kilim, como podéis ver aquí.




Las botas kilim

En mi último viaje a Marruecos, no pude resistirme de nuevo a la tentación de comprarme unas botas kilim. Además de ser súper cómodas, y ser de piel auténtica, combinan perfectamente con looks sencillos. Con jeans quedan genial!!

Son muchas las marcas que se han apuntado a esta tendencia, realizando modelos similares. Pero para mí no hay comparación. No tienen el encanto de las realizadas artesanalmente y compradas allí, donde cada par es diferente (rarísimo encontrar dos iguales, yo diría que es misión imposible) y en las que se pueden apreciar los remates de sus costuras.

Algunas amigas me piden que les traiga una botas kilim auténticas cuando viajo a Marruecos pero ojo, cuidado con los encargos!! Al estar hechas a mano, los números a veces no equivalen realmente a nuestro tallaje. Incluso puede que te saquen dos pares del mismo número y aun así no tengan la misma medida. Si vuestro pie coincide con el de quien os ha hecho el encargo perfecto, pero sino, aseguraros bien de que el tallaje es correcto.

¿Dónde comprarlas? 


En las ciudades más al norte de Marruecos es poco frecuente encontrarlas ya que los kilims provienen de los artesanos beréberes que habitan más al sur del país. En Marrakech las encontraréis sin problemas y también en Essaouira.
En Ouarzarzate, por su proximidad a aldeas típicas beréberes, podemos comprar kilims a muy buen precio, pero no existe tanta variedad de botas.

Sobre su precio


Mis últimas botas las compré en Essaouira, ciudad costera próxima a Marrakech, que os recomiendo visitar. Me costaron 350 dirhams (un poco menos de 35€). Tener en cuenta de que las botas están realizadas en cuero y están fabricadas artesanalmente, así que hablamos de un muy buen precio. Por supuesto hay que regatear, ya que los comerciantes te pedirán un precio bastante más elevado. En Marrrakech, no creo que las consigas por 350 dirhams ya que como dije en otro post, los precios en Marrakech suelen ser más altos que en el resto de Marruecos. Pero conseguirlas por unos 450 dirhams podría estar muy bien.

Para su cuidado, la lana con la que está hecha el kilim se puede limpiar con un trapo húmedo y jabón. Yo para la lana uso un jabón especial, pero no es necesario. El cuero se puede tratar con cera o grasa animal para protegerlo.

Estas son las mías y ya era momento de estrenarlas.






La primera vez que viajé a Marruecos, visité el norte del país.
Me impresionó que estando tan cerca, tan cerca, hasta el punto de poder ver la costa gaditana desde el puerto de Tánger, hubiera una diferencia tan grande. Al principio me chocó y sentí un poco de miedo a lo desconocido. Todo me sorprendía, todo era distinto. Pero no tardé mucho es descubrir la belleza en esas diferencias que nos separaban.

Sin embargo la primera vez que visité Marrakech no tuve esa sensación. No sentí ese tan cerca, tan lejos que ya os comenté en otro post. Por supuesto que existen contrastes, pero la huella europea se deja ver en la ciudad. Y esa influencia de nuestra cultura, ha marcado un carácter especial a Marrakech, aunque esto tenga su parte buena y su parte no tan buena.

La huella europea

Al ser Marrakech la principal entrada de turismo del país, la ciudad es internacionalmente conocida y me atrevería a decir que la inmensa mayoría de su población vive de ello.
Gracias a esta fuente principal de ingresos que es el turismo, Marrakech no es para nada insegura, (por lo menos yo no he vivido sensación de inseguridad en ningún momento). En toda la ciudad, pero en especial en la plaza Jemma el-Fna (la plaza con más ambiente de la ciudad) observaremos mucha policía velando por la seguridad del turista.

Marrakech se ha convertido en una ciudad muy liberal gracias a la presencia del turismo. Están tan acostumbrados a la afluencia de gente de todo el mundo que para nada les asombrará tu presencia.
Hay chicas que me preguntan si deben ir tapadas a Marrakech, si está prohibido enseñar los hombros o ponerse escote. Nada de eso está prohibido en Marruecos. No te van a detener, ni nadie se va a escandalizar, aunque eso sí, recibirás más de un piropo.


En parte gracias al turismo, en parte gracias a la globalización, el papel de la mujer lentamente está cambiando en Marruecos, especialmente en Marrakech. Allí vi por primera vez mujeres autóctonas con minifalda, que han decidido no llevar velo ni haik y vestir a la moda occidental. También mujeres que conducen sus propios vehículos e incluso mujeres policía. Si viajas desde otras ciudades del país, estos hechos sorprenden.
Por supuesto, sigue habiendo mujeres fieles a sus costumbres, pero el inicio del cambio está en esta ciudad.

Sin embargo también existen los efectos negativos de esta europeización como que los precios en Marrakech cada vez se parezcan más a los europeos. Ir de compras por sus zocos resulta mucho más caro que hacerlo en otras ciudades (aunque los productos suelan ser los mismos). La existencia de restaurantes y hoteles de lujo sólo pensados para el turista ha fomentado un incremento de los precios también en el pequeño comercio.
El problema es que ese incremento de los precios también afecta a una población cuyo salario mínimo equivale a unos 220 euros.
En mi último viaje a la ciudad, paramos en un hipermercado, similar a Carrefour que se encuentra a las afueras de la ciudad, en la carretera que va hacia Essaouira. Se trata de la cadena de hipermercados Marjane, también presente en otras ciudades marroquíes.
No me podía creer que al cambio un bote de champú Pantene, costase casi 4 euros (unos 40 dirhams). Ya me parece un precio alto en España, así que imaginaros lo que puede suponer para familias con sueldos tan bajos.

Otra cosa que no me gusta de Marrakech, es que la generosidad se suele agradecer con propina. Cosa que en el resto de Marruecos no ocurre tan descaradamente. Nada es gratis en Marrakech, incluso hacer fotos. Y entiendo que se viva del turismo, pero no a toda costa.

Y como en toda gran ciudad que se preste, el tráfico es un problema. La gran cantidad de vehículos hacen que Marrakech sea un auténtico caos circulatorio. Cruzar un paso de peatones puede ser una auténtica aventura.


Marrakech no es todo Marruecos, ni Marruecos es sólo Marrakech

Supongo que si solo viajas a Marrakech, te puedes quedar con lo bueno o con lo no tan bueno de la ciudad, pero sin duda, creo que no habrás conocido toda la esencia del país.

Cuando conocí New York, pensé que conocía Estados Unidos, pero no era así, sólo estaba conociendo una pequeña parte del país. Al salir de la ciudad vi otra realidad muy diferente, ya no había rascacielos, ni taxis amarillos, sino casas bajas y coches rancheras.
Lo mismo ocurre con Marrakech. Es una ciudad preciosa, mágica y pintoresca, repleta de monumentos y bellos rincones, pero fuera hay otro Marruecos más desconocido y auténtico, lejos de la turística ciudad roja.

Sin duda, si quieres conocer Marruecos, te recomiendo que no sólo visites Marrakech, ya que pese a ser una ciudad fascinante no recoge toda la magia del país. Fuera, existe un país mucho más tradicional, con pueblos remotos por los que apenas pasan turistas, con ciudades que lejos del bullicio de Marrakech, son auténticos remansos de paz.

Te invito a ir descubriéndolas conmigo en este blog.
Marruecos es mucho más.

Soy una gran amante del país, y eso en realidad me hace ser imparcial.
Para mí, volver de Marruecos es como haber salido de un spa. Los días allí pasan más lentos, tengo la sensación de que el tiempo me cunde más. Es una cura de estrés y una medicina para la felicidad. Así es como yo lo siento.

Pero también sé que no todo el mundo se siente así cuando viaja a Marruecos. No todos somos iguales, ni buscamos lo mismo cuando viajamos.
Por eso creo que es importante que conozcáis un poco el país antes de decidiros a visitarlo. Que sepáis que es lo que os vais a encontrar. Lo bueno y lo no tan bueno, o lo que para algunos puede ser malo.

En mis viajes he coincido con gente a la que el país le ha cambiado, le ha hecho reflexionar sobre cuestiones que desde nuestra perspectiva no nos planteamos, y a las que Marruecos les ha ido enamorando poco a poco. Pero también he dado con quienes sintiéndose en un plano superior, aprovechaban cada situación para criticar, ofender, poner caras de asco y de desprecio. Y sinceramente, eso me da mucha rabia.

Viajar a Marruecos es echar la vista atrás. Este país conserva costumbres con las que podemos estar o no de acuerdo. Pero no podemos juzgar sin conocer, no podemos menospreciar sus creencias, creyéndonos poseedores de la verdad absoluta.
No comparto la fé islámica, pero sí me parecen interesantes algunos conceptos que algún día compartiré con vosotros. Y sí siento, que aunque nos chirríen algunas cosas, debemos respetar su cultura por encima de todo.

Por supuesto, yo soy nadie para decirte que no viajes a Marruecos y descubras el país por ti mismo.
Además existen muchas maneras de conocerlo. El Marruecos del lujo poco tiene que ver con lo que describo. Pero eso sí, ten en cuenta que los hoteles más opulentos se encuentran a pocos metros de distancia de la más absoluta miseria. Eso es Marruecos. Un país de contrastes.

Marruecos te encantará...

Si viajas sin prejuicios 

Mientras más viajas, da igual donde, menos prejuicios tienes.
Al final te das cuenta de que todos somos iguales, lo único es que hemos nacido en lugares diferentes y con culturas completamente distintas. ¡Se aprende tanto viajando!

Si necesitas una cura de estrés 

Los marroquíes tienen un dicho que cuenta con toda la razón del mundo: "La prisa mata".
El estrés es la auténtica epidemia del s. XXI en los países desarrollados. Vivimos pegados a una agenda y un reloj, programados como robots, y eso desemboca en estados de nerviosismo y ansiedad que no nos hacen ningún bien.
En Marruecos todo va más despacio, sin prisas, sin necesidad de mirar el reloj. Relájate. Una vez de vuelta, echarás en falta esa calma.

jaima

Si aun crees que hay esperanzas para el ser humano 

En Marruecos encontrarás gente maravillosa, dispuesta a ayudarte, a ofrecerte su hospitalidad. Detallistas y generosos 100%.
Vivo en Madrid y viajo en metro a menudo, y sigo sorprendiéndome de que apenas se producen conversaciones en vagones plagados de gente. Millones de habitantes y gente tan aislada. Te prometo que eso no te pasará en Marruecos. Siempre podrás entablar una conversación. Nadie te negará un saludo.

Si adoras los mercadillos

Alucinarás en los zocos. Sumergirte en un entramado de calles repletas de objetos preciosos, colores vibrantes y piezas de artesanía fantásticas. Disfrutarás de toda una aventura de compras.

Marrakech souk

Si eres un cat-lover

Los verás por todas partes. No están en casa como animales domésticos, sino que viven en paz y armonía por sus calles. Los marroquíes los cuidan y alimentan (de sobras principalmente) pero nadie los asusta. Todos los respetan. Incluso pueden entrar en las mezquitas.

moroccan cat-lover

Marruecos no es para tí...

Si partes con tópicos y prejuicios.

Si viajas con temor y desconfianza te aseguro que no conocerás el verdadero encanto de sus gentes. No te voy a negar que habrá quienes se te acerquen a pedir, o quienes te intenten dar gato por liebre por tal de vender. Pero no se puede meter a todos los marroquíes en el mismo saco.

Si no quieres mirar al pasado

Aunque el país acoja impresionantes hoteles de lujo, y haya wifi por cada esquina, no dejarás de ver escenas costumbristas de antaño. Carros tirados por burros, mujeres haciendo la colada en lavaderos municipales, calles sin asfaltar, coches que no pasarían la itv...
Una realidad similar a la que conocieron nuestros abuelos.

Colada Marruecos

Si eres escrupuloso

Sus normas de sanidad no son las nuestras. Seguramente te choque encontrar carnicerías en las que las piezas de carne estén expuestas a la intemperie, o en las que los pollos estén vivos, esperando a ser elegidos. Frescos, frescos!!

Pollos Marruecos

Si la comida para ti es un problema

La gastronomía marroquí suele estar bastante condimentada. No me refiero al picante (no es India) sino a las especias. A mí particularmente me gustan bastante los sabores que ofrece, pero hay a quienes no, y fuera de las grandes ciudades es difícil encontrar comida occidental. Aviso a navegantes!!

Espero no ahuyentar a nadie. Como os decía hay muchas formas de vivir Marruecos.
Insha'Allah (ojalá en árabe) te atrevas a conocer este país que tanto ofrece.



En este blog, también me gustaría dedicar un espacio a la cosmética marroquí. Soy fan de los productos naturales y poco a poco os iré descubriendo porque me gustan tanto.

Hoy os quería hablar del pintalabios de moda. El pintalabios mágico o pintalabios marroquí.

Aunque parece un producto nuevo, En Marruecos se lleva usando desde hace décadas. Yo misma los uso frecuentemente desde hace años, pero en los últimos tiempos, famosas como Sara Carbonero o Vanesa Romero lo han lanzado a la fama y ahora todo el mundo los quiere tener.


Aunque me suelo maquillar, nunca me ha gustado utilizar labiales ni brillos de labios. Me siento rara, como si tuviera los labios pegajosos. Ya sé que muchas diréis que hoy en día hay excelentes barras de labios, duraderas, que no manchan, que no resultan pringosas y que son la releche, pero yo es que no puedo. ¡Qué le vamos a hacer!

Por esa razón, siempre había sido fiel al cacao (mi marca preferida es Carmex). Y aunque no conseguía color, al menos mantenía mis labios hidratados.
Pero cuando descubrí el pintalabios marroquí vi mis sueños hechos realidad!!! Bueno, bueno, quizás soy un poco exagerada, pero la primera vez que estuve en Marruecos me compré como una docena.

¿Qué es?

Se trata en apariencia de un pintalabios de color bastante llamativo (los hay verdes, azules, morados, amarillos...), de textura semejante a la de un bálsamo labial, pero que en su composición contiene unos pigmentos que reaccionan cambiando de color al contacto con el ph de la piel.

Como os decía, la textura del pintalabios mágico es como la de una barrita de cacao. No resulta pringosa ni untuosa. Es magnífica. Deja los labios súper hidratados, gracias a su fórmula que contiene aceite de argán. Y el color se fija a la perfección. Te dura todo el día, ya puedes comer, beber, besar... Además los tonos son muy naturales. Me encanta como quedan.

Los comerciantes te contarán que en su origen, en los matrimonios pactados, los hombres regalaban a sus futuras mujeres uno de estos pintalabios para precedir en función del color que tomasen sus labios, si ésta sería fría o ardiente. Truquillos de venta!!

Lo cierto, es que el pintalabios se vende en varios colores y cada uno aporta una tonalidad diferente, más rosa o más roja. Lo que si que varía es la intensidad del tono, que cambia según el ph de quien lo use.

Su precio 

En Marruecos los he llegado a comprar por 8 dirhams (unos 0,80 euros) sin regatear. En Marrakech, siempre te pedirán bastante más. Unos 20 dirhams (casi 2 euros). No es nada caro pero siempre se puede negociar un descuento. Otras veces, si has realizado una buena compra, ellos mismos te obsequiarán con uno de ellos.
Como ahora están bastante de moda, y en España sólo se venden a través de internet, no dudéis en traeros unos cuantos para regalar a vuestras amigas, madres, hermanas, etc. Es un obsequio barato y ellas quedarán encantadas.

¿Dónde encontrarlos? 

En casi cualquier tienda de cosmética marroquí, farmacias tradicionales, o cooperativas dedicadas a la elaboración de aceite de argán que encontraréis en muchas carreteras marroquíes. También los podéis encontrar en los zocos de las grandes ciudades. Este producto es bastante común en todo Marruecos.
Normalmente veréis el pintalabios verde (es el más común) y también el amarillo. Ambos cambian a una tonalidad rosa muy bonita y natural. Quizás son los más fáciles de conseguir, aunque en Marrakech, el paraíso de las compras, si os ponéis, podéis encontrarlos en todos los los colores.

Que no vais a Marruecos por el momento pero queréis probar el pintalabios famoso. Pues os dejo el enlace aquí de una tienda de cosmética marroquí que a mí me tiene enamorada.

Y a lucir labios!!



Ouarzarzate

Se abren las puertas del desierto!!

La primera vez que visité las dunas de Erg Chebbi, estuve tantas horas en carretera que por un momento, deseé no haber ido. Y aunque pasar la noche en el desierto es una experiencia 100% recomendable, pasar un día completo en carretera no lo es tanto. Volvíamos desde Merzouga a Marrakech y aunque Google Maps nos calculaba 567km, muy pronto supimos que el camino se iba a hacer muy muy largo.
Y es que no es tanto el trayecto desde Merzouga hasta Ouarzarzate, sino los 200 km que separan esta ciudad de Marrakech. En principio puede considerarse una distancia bastante asequible, pero os aseguro que atravesar el Atlas es una auténtica paliza, sobretodo si ya llevas todo el día metida en el coche. Llegué a pensar que esa había sido mi primera y última experiencia en el desierto, ya que no estaba dispuesta a pegarme nuevamente semejante viajecito... y aunque al final acabé volviendo, recibir esta noticia me ha hecho inmensamente feliz.

Air Europa comunicará Madrid y Ouarzarzate con dos vuelos directos a la semana. ¡El desierto nunca estuvo tan cerca! Hasta ahora la única forma de volar a Ouarzarzate era realizando escala, normalmente en Casablanca, lo que hacía encarecer mucho el vuelo, además suponía una terrible perdida de tiempo en el aeropuerto. 

Pero estamos de enhorabuena!! Habrá vuelos a Ouarzarzate los jueves y domingos, lo que vendrá genial si queremos pasar un fin de semana largo entre valles, palmerales y dunas. Por el momento los vuelos cuestan unos 160€ el trayecto. Está claro, que podemos conseguir vuelos mucho más baratos a Marrakech o Casablanca. Pero si verdaderamente tu opción es ir al desierto, te recomiendo este destino como punto de partida. 

Yo ya tengo ganas de volver así que espero volar pronto a Ouarzarzate!!



Consejos frescos!!!
Hoy os cuento algunas cositas que debes saber si viajas al país vecino.

En Marruecos no siempre hace calor. 

Aunque Marruecos nos evoque áridos desiertos y paisajes coloristas de dunas y palmerales, tenemos que tener en cuenta que no todo el país es así. Marruecos presenta paisajes completamente diferentes.
En la costa atlántica el clima es suave durante todo el año, aunque eso no implica que en inivierno te puedas poner el bañador. Los meses más calurosos son los meses de verano. 
Mientras más al sur nos vayamos, las temperaturas serán más calidas y tendrán menos variaciones durante el año. Tened en cuenta que las costas de Sidi Ifni, prácticamente se encuentran a la misma latitud que la isla de Lanzarote.
El norte de Marruecos ofrece una climatología similar a la que pudiésemos encontrar en el sur de Andalucía. Veranos calurosos e inviernos suaves.
El clima de Marrakech es parecido al de Sevilla. Si conocéis la capital andaluza, ya sabréis que os espera. Aunque la temperatura media de Marrakech sea 20º. Sus veranos son muy muy calurosos, sin embargo los inviernos se pueden alcanzar mínimas de 6º. Para mí, la mejor época para visitar la ciudad es sin duda primavera y otoño, cuando se dan temperaturas cálidas durante el día y por la noche refresca. 
Fez también tiene unos veranos muy calurosos, sin embargo los inviernos son muy fríos.
En el desierto se llegan a alcanzar altas temperaturas por el día pero por la noche vendrá muy bien algo de abrigo.
Y si vuestro destino es la Cordillera del Atlas, habrá siempre, siempre que llevar abrigo, sobretodo en invierno. Aquí encontraremos paisajes de alta montaña e incluso pistas de esquí. El pico más alto es el Toubkal con 4.165m de altura. Así que a esa altura hace bastante frío.

1 euro no son 10 dirhams sino 11

Moneda de 10 dirhams marroquíes

Todo aquel que viaja a Marruecos procedente de la zona euro tiende a creer que 1€ equivale a 10MAD. Esta idea, por supuesto, nos ayuda a hacer nuestros cálculos mentales cuando estamos sumidos en un regateo. Que te dicen 200 dirhams pues tú calculas 20 €, que tú le respondes que 150, pues 15 euros, que al final te lo llevas por 170 pues 17 euros que te ha costado.
Parece sencillo, verdad?? Tan sencillo que hay quienes por no complicarse deciden no cambiar dinero y pagar absolutamente todo en euros. Sí sí, en Marruecos podrás pagar en euros siempre que quieras. 
Eso sí al cambio que hablamos. Si has negociado 170 dirhams, y quieres pagar en euros, pagarás 17 euros. No pienses que en el zoco te van a sacar la calculadora para comprobar que estás pagando 2€ de más. 170 dirhams no son 17 euros sino 15, ya que 1 euro equivale a 11 dirhams. Podéis ver el cambio actual aquí.
Puede que en pequeñas cantidades nos importe más bien poco pero si decidimos pagar en euros, a la larga estaremos perdiendo mucho dinero. Los marroquíes no son tontos. No se toman las molestias de cobrarte en euros e ir a sus bancos a cambiar el dinero porque sí.
Mi recomendación es pagar todo en dirhams, y al igual cuando paguéis con tarjeta.

Árabe, francés, inglés, español, italiano, alemán...

Los marroquíes son comerciantes por excelencia, por eso son capaces de chapurrearte cualquier idioma. En los zocos de las grandes ciudades no tendrás ningún problema para poder comprar. Además los españoles solemos tener un problema con nuestras caras y es que en seguida se nos reconoce. Está comprobado, aunque vayamos mutis, sabrán que somos españoles y nos dirán toda una batería de palabras en un castellano casi perfecto. 
Fuera de las grandes ciudades el tema del idioma es más problemático. El francés está bastante extendido en el país, así que quien lo domine tiene un plus. Con el inglés tampoco sueles tener problemas. Casi todo aquel que se dedica al turismo medianamente se defiende. Eso sí, tendrás que agudizar el oído para escuchar un inglés con acento árabe que resulta muy divertido.
Lo más complicado será comunicarte en las zonas más rurales pero en ese caso finalmente verás como el lenguaje de gestos es el mundialmente más usado. 

Espero haberos ayudado!!
Niños marroquíes en Larache

Apenas 14 kilómetros separan España de Marruecos. Sí, sí, 14 kilómetros separan Europa de África. Pero esos 14 kilómetros separan no sólo dos países, dos continentes... sino dos realidades sociales, dos culturas bien distintas, dos mundos.

Todo aquel que se plantee viajar a Marruecos debe ser consciente de esto. Estamos muy cerca pero a la vez muy lejos. Y aunque este país se encuentre en fase de constante crecimiento y ciudades como Marrakech o Tanger, sean reconocidas internacionalmente, no podemos compararlo con occidente.
Para lo bueno y para lo malo, Marruecos es diferente.

En las grandes ciudades podemos encontrar edificios impresionantes y sin embargo, a su lado podremos ver pobreza. Quizás visitar este país, nos devuelva una visión del pasado de España. Pero también nos puede recordar todo aquello que hemos perdido. La amabilidad de sus gentes, las puertas abiertas, las horas muertas, los niños jugando en la calle...

No a todo el mundo le tiene porqué gustar Marruecos. Sin embargo habrá quienes lleguen a adorar este país. No sé explicarlo, pero tiene algo que engancha y que en cada viaje me llena más.

Te invito a descubrirlo en el blog!!

Ya son muchos los viajes que he realizado a este gran país. Frecuentemente, amigos y conocidos me piden consejos y yo estoy encantada de poder ayudarles.Y es por eso que he decidido crear este blog.
Me gustaría acercaros este destino, para que lo conozcáis tal cual, con toda su autenticidad, con lo bueno y con lo malo. Con recomendaciones, basadas en mis propias experiencias.
Espero que disfrutéis este blog, y que os sirva como guía si tenéis planteado visitar este increíble país.

Tetera