Soy una gran amante del paĂs, y eso en realidad me hace ser imparcial.
Para mĂ, volver de Marruecos es como haber salido de un spa. Los dĂas allĂ pasan más lentos, tengo la sensaciĂłn de que el tiempo me cunde más. Es una cura de estrĂ©s y una medicina para la felicidad. AsĂ es como yo lo siento.
Pero también sé que no todo el mundo se siente asà cuando viaja a Marruecos. No todos somos iguales, ni buscamos lo mismo cuando viajamos.
Por eso creo que es importante que conozcáis un poco el paĂs antes de decidiros a visitarlo. Que sepáis que es lo que os vais a encontrar. Lo bueno y lo no tan bueno, o lo que para algunos puede ser malo.
En mis viajes he coincido con gente a la que el paĂs le ha cambiado, le ha hecho reflexionar sobre cuestiones que desde nuestra perspectiva no nos planteamos, y a las que Marruecos les ha ido enamorando poco a poco. Pero tambiĂ©n he dado con quienes sintiĂ©ndose en un plano superior, aprovechaban cada situaciĂłn para criticar, ofender, poner caras de asco y de desprecio. Y sinceramente, eso me da mucha rabia.
Viajar a Marruecos es echar la vista atrás. Este paĂs conserva costumbres con las que podemos estar o no de acuerdo. Pero no podemos juzgar sin conocer, no podemos menospreciar sus creencias, creyĂ©ndonos poseedores de la verdad absoluta.
No comparto la fĂ© islámica, pero sĂ me parecen interesantes algunos conceptos que algĂşn dĂa compartirĂ© con vosotros. Y sĂ siento, que aunque nos chirrĂen algunas cosas, debemos respetar su cultura por encima de todo.
Por supuesto, yo soy nadie para decirte que no viajes a Marruecos y descubras el paĂs por ti mismo.
Además existen muchas maneras de conocerlo. El Marruecos del lujo poco tiene que ver con lo que describo. Pero eso sĂ, ten en cuenta que los hoteles más opulentos se encuentran a pocos metros de distancia de la más absoluta miseria. Eso es Marruecos. Un paĂs de contrastes.
Al final te das cuenta de que todos somos iguales, lo Ăşnico es que hemos nacido en lugares diferentes y con culturas completamente distintas. ¡Se aprende tanto viajando!
El estrĂ©s es la autĂ©ntica epidemia del s. XXI en los paĂses desarrollados. Vivimos pegados a una agenda y un reloj, programados como robots, y eso desemboca en estados de nerviosismo y ansiedad que no nos hacen ningĂşn bien.
En Marruecos todo va más despacio, sin prisas, sin necesidad de mirar el reloj. Relájate. Una vez de vuelta, echarás en falta esa calma.
Vivo en Madrid y viajo en metro a menudo, y sigo sorprendiéndome de que apenas se producen conversaciones en vagones plagados de gente. Millones de habitantes y gente tan aislada. Te prometo que eso no te pasará en Marruecos. Siempre podrás entablar una conversación. Nadie te negará un saludo.
Una realidad similar a la que conocieron nuestros abuelos.
Espero no ahuyentar a nadie. Como os decĂa hay muchas formas de vivir Marruecos.
Insha'Allah (ojalá en árabe) te atrevas a conocer este paĂs que tanto ofrece.
Para mĂ, volver de Marruecos es como haber salido de un spa. Los dĂas allĂ pasan más lentos, tengo la sensaciĂłn de que el tiempo me cunde más. Es una cura de estrĂ©s y una medicina para la felicidad. AsĂ es como yo lo siento.
Pero también sé que no todo el mundo se siente asà cuando viaja a Marruecos. No todos somos iguales, ni buscamos lo mismo cuando viajamos.
Por eso creo que es importante que conozcáis un poco el paĂs antes de decidiros a visitarlo. Que sepáis que es lo que os vais a encontrar. Lo bueno y lo no tan bueno, o lo que para algunos puede ser malo.
En mis viajes he coincido con gente a la que el paĂs le ha cambiado, le ha hecho reflexionar sobre cuestiones que desde nuestra perspectiva no nos planteamos, y a las que Marruecos les ha ido enamorando poco a poco. Pero tambiĂ©n he dado con quienes sintiĂ©ndose en un plano superior, aprovechaban cada situaciĂłn para criticar, ofender, poner caras de asco y de desprecio. Y sinceramente, eso me da mucha rabia.
Viajar a Marruecos es echar la vista atrás. Este paĂs conserva costumbres con las que podemos estar o no de acuerdo. Pero no podemos juzgar sin conocer, no podemos menospreciar sus creencias, creyĂ©ndonos poseedores de la verdad absoluta.
No comparto la fĂ© islámica, pero sĂ me parecen interesantes algunos conceptos que algĂşn dĂa compartirĂ© con vosotros. Y sĂ siento, que aunque nos chirrĂen algunas cosas, debemos respetar su cultura por encima de todo.
Por supuesto, yo soy nadie para decirte que no viajes a Marruecos y descubras el paĂs por ti mismo.
Además existen muchas maneras de conocerlo. El Marruecos del lujo poco tiene que ver con lo que describo. Pero eso sĂ, ten en cuenta que los hoteles más opulentos se encuentran a pocos metros de distancia de la más absoluta miseria. Eso es Marruecos. Un paĂs de contrastes.
Marruecos te encantará...
Si viajas sin prejuicios
Mientras más viajas, da igual donde, menos prejuicios tienes.Al final te das cuenta de que todos somos iguales, lo Ăşnico es que hemos nacido en lugares diferentes y con culturas completamente distintas. ¡Se aprende tanto viajando!
Si necesitas una cura de estrés
Los marroquĂes tienen un dicho que cuenta con toda la razĂłn del mundo: "La prisa mata".El estrĂ©s es la autĂ©ntica epidemia del s. XXI en los paĂses desarrollados. Vivimos pegados a una agenda y un reloj, programados como robots, y eso desemboca en estados de nerviosismo y ansiedad que no nos hacen ningĂşn bien.
En Marruecos todo va más despacio, sin prisas, sin necesidad de mirar el reloj. Relájate. Una vez de vuelta, echarás en falta esa calma.
Si aun crees que hay esperanzas para el ser humano
En Marruecos encontrarás gente maravillosa, dispuesta a ayudarte, a ofrecerte su hospitalidad. Detallistas y generosos 100%.Vivo en Madrid y viajo en metro a menudo, y sigo sorprendiéndome de que apenas se producen conversaciones en vagones plagados de gente. Millones de habitantes y gente tan aislada. Te prometo que eso no te pasará en Marruecos. Siempre podrás entablar una conversación. Nadie te negará un saludo.
Si adoras los mercadillos
Alucinarás en los zocos. Sumergirte en un entramado de calles repletas de objetos preciosos, colores vibrantes y piezas de artesanĂa fantásticas. Disfrutarás de toda una aventura de compras.Si eres un cat-lover
Los verás por todas partes. No están en casa como animales domĂ©sticos, sino que viven en paz y armonĂa por sus calles. Los marroquĂes los cuidan y alimentan (de sobras principalmente) pero nadie los asusta. Todos los respetan. Incluso pueden entrar en las mezquitas.Marruecos no es para tĂ...
Si partes con tĂłpicos y prejuicios.
Si viajas con temor y desconfianza te aseguro que no conocerás el verdadero encanto de sus gentes. No te voy a negar que habrá quienes se te acerquen a pedir, o quienes te intenten dar gato por liebre por tal de vender. Pero no se puede meter a todos los marroquĂes en el mismo saco.Si no quieres mirar al pasado
Aunque el paĂs acoja impresionantes hoteles de lujo, y haya wifi por cada esquina, no dejarás de ver escenas costumbristas de antaño. Carros tirados por burros, mujeres haciendo la colada en lavaderos municipales, calles sin asfaltar, coches que no pasarĂan la itv...Una realidad similar a la que conocieron nuestros abuelos.
Si eres escrupuloso
Sus normas de sanidad no son las nuestras. Seguramente te choque encontrar carnicerĂas en las que las piezas de carne estĂ©n expuestas a la intemperie, o en las que los pollos estĂ©n vivos, esperando a ser elegidos. Frescos, frescos!!Si la comida para ti es un problema
La gastronomĂa marroquĂ suele estar bastante condimentada. No me refiero al picante (no es India) sino a las especias. A mĂ particularmente me gustan bastante los sabores que ofrece, pero hay a quienes no, y fuera de las grandes ciudades es difĂcil encontrar comida occidental. Aviso a navegantes!!Espero no ahuyentar a nadie. Como os decĂa hay muchas formas de vivir Marruecos.
Insha'Allah (ojalá en árabe) te atrevas a conocer este paĂs que tanto ofrece.