Últimos Posts


Tras unas semanas algo desconectada, con muchos proyectos en mente, hoy os traigo un consejo para regatear con éxito.

Como ya  os expliqué en el post "A regatear se ha dicho", comprar en Marruecos no es llegar y pegar. El regateo requiere su tiempo. El comercio en Marruecos funciona así y debemos ser conscientes de ello.

Pero o a veces, el regateo puede llegar a un punto de atasco en la M-30. Los precios ya se parecen bastantes (el que te propone el comerciante, y el que tú ofreces), pero tú ya no quiere pagar más, has superado tu límite, y claro, el comerciante, no quiere cobrar menos... pero por otro lado ya estás bastante metido en la negociación y además estás bastante interesado en el producto en sí, como para abandonar ahora. ¿qué haces ahora?

En estos casos, podéis recurrir a mi truco para regatear con éxito


Pues bien, una vez llegados a ese punto. Y defendiendo un precio razonable, del que tú ya no estás dispuesto a subir, yo lo que hago es mostrar el dinero. Se trata de un o lo tomas o lo dejas. Y en la inmensa mayoría de los casos suele funcionar. Eso sí, recalco, el precio debe ser justo. No se trata de ofender al comerciante. Lógicamente si acepta el dinero es porque en realidad está ganando. Ellos siempre ganan. A veces más a veces menos. Pero si ve el dinero en ese punto de la negociación, entiende que estás dispuesto a realizar la transacción.

Ojo, el regateo no se inicia así. No se trata de llegar con el puñado de dirhams en la mano. Debe haber habido un regateo previo.

Espero que este consejo os saque de algún apuro!!


El regateo es tan antiguo como el comercio, antes incluso del dinero. Yo diría que es la base de los negocios de hoy en día, lo único que ocurre, que aquí en Occidente, se regatea en torno a una mesa a la que llamamos de negociaciones.

La verdad es que resulta curioso ver como esta costumbre no se ha perdido en países como Marruecos, tan próximos a nuestra cultura. A quienes viajan por primera vez al país vecino, esto les choca bastante, ya que en nuestra sociedad de consumo, los precios ya están marcados en su etiqueta.

Hoy os traigo algunos consejos para aquellos que planean viajar al país vecino y por tanto iniciarse en el arte del regateo. Pero antes, hay algunos detalles que debemos tener en cuenta.


  • Tenemos preconcebido que los precios son más bajos que en nuestro país, y sí es así, pero no existe una diferencia abismal, como suele suceder en el continente asiático, India, Vietnam...
  • Depende del lugar los precios varían bastante. Ya os he comentado en alguna otra ocasión, que Marrakech es la ciudad más cara para ir de compras, eso sí, en Marrakech encontrarás todo lo que busques y más. Los precios en la zona norte del país sin embargo, son más asequibles.
  • Cuidado en las excursiones organizadas. Los guías siempre te suelen llevar a tiendas en las que ellos se llevan algún tipo de comisión, por lo que seguro que los precios son más elevados que en la tienda de al lado.
  • El precio final también depende de tu actitud. Nunca hay que ser groseros con los comerciantes. Si les caes bien, te van a rebajar más su oferta. Eso es así. Sé simpático. Me molesta ver al típico turista antipático y altivo, y créeme, a ellos también.

Tips del regateo


Hay quienes dicen que el precio que debes pagar por un artículo, debe ser un tercio del primer precio ofrecido por el comerciante. Ahora bien, ya os digo que en el regateo no hay una norma fija. Se trata de un acuerdo, de un negocio, por tanto, la clave es que ambas partes queden conformes en el trato

Mi primer consejo si aun no tienes experiencia en esto del regateo es ponerse un límite a uno mismo y no subir de ahí

Lo primero es pensar cuánto estoy dispuesto a pagar y si realmente me quiero llevar el artículo por el que estoy interesado antes de efectuar la pregunta mágica: "¿qué precio tiene?".
Esto lo digo porque a veces te ves inmerso en una puja al alza de la que no sabes salir por desconocimiento, y empiezas a agobiarte hasta que finalmente te acabas llevando algo que realmente no querías por un precio bastante elevado.


Por eso hay que tener en cuenta mi segundo consejo, hay que saber decir que no.

Que sí, que los comerciantes te intentan persuadir hablándote en español, contándote las mil y una maravillas del producto en cuestión, ofreciéndote un té y a ti te da pena hacerle el feo de no comprarle. No te equivoques, por supuesto ellos sacan todo su repertorio de halagos. Son excelentes comerciantes desde sus orígenes. Al siguiente turista que vaya a su tienda le agasajarán igual. Si realmente no quieres el artículo y por muy insistentes que sean, di que no. Sé simpático. Un no, no significa tener que ser borde con el comerciante. Inventa cualquier excusa: Ahora no llevo suficiente dinero, vuelvo luego, tengo que comprar antes otra cosa, etc. Son mentiras piadosas. Ellos ya saben que no volverás, pero de esa manera saldrás airoso del regateo.

Tercer consejo y no menos importante, nunca iniciar un regateo

A veces los avispados comerciantes te preguntarán primero cuánto pagarías por algo, para así tantear el terreno. Di que no sabes, y haz que sea él quien inicie el duelo. Te digo esto porque a veces, pensamos que algo tiene un precio superior al que realmente tiene, y si decimos ese precio estamos perdidos. De ahí para arriba. Nunca nos van a decir que algo cuesta menos del precio que nosotros hemos dicho.

Cuarto y último consejo, no aceptes la primera contraoferta.

Un regateo lleva su tiempo, por eso si vas con prisa, te recomiendo directamente no entrar en una negociación. Esto funciona así. Comerciante propone un precio, tú le propones otro, mucho más bajo (siempre razonablemente), el comerciante realiza una contraoferta más cercana a su precio que al tuyo.... Pues esto debe continuar hasta que ambos precios iniciales, el suyo y el tuyo estén igualados. No olvides que se trata de que ambas partes queden satisfechas con lo acordado.


Espero que estos consejos te sirvan. Si tienes alguna pregunta, espero tus comentarios.



Ojalá no hubiera tenido nunca que escribir este post, pero las circunstancias mandan.

No soy musulmana, pero respeto el Islam, como respeto el Cristianismo, el Budismo, el Judaísmo, o cualquier otra religión en la que el ser humano quiera creer.
El hombre siempre ha sentido la necesidad de creer en algo. Como seres racionales que somos, buscamos respuestas, esperamos un paraíso, una reencarnación, en definitiva, necesitamos tener fe.
Esa es la misión de la religión, dar explicación a nuestras preguntas, dibujarnos el paraíso, guiarnos hacia la reencarnación, mantenernos viva la fe.

Como he dicho, respeto las creencias de cualquier ser humano, pero no respeto que en nombre de un Dios, unos desalmados impartan su propia ley, porque es eso, su propia ley. No es la palabra de Alá. No es su voluntad, ni la del pueblo musulmán.
Si existe un Dios, llamémosle como le queramos llamar, no creo que quisiera un derramamiento de sangre. No querría acabar con la vida de nadie por no compartir unas creencias, o simplemente por tomarse la vida con humor.

Podemos estar de acuerdo o no con las prácticas de la religión islámica. Para empezar, yo creo que no se puede juzgar desde el desconocimiento.
Como todas las religiones, el Islam predica cosas maravillosas y otras que podemos no compartir. Pero entonces deberíamos analizar una a una cada religión, empezando por la cristiana.

Yo adoro Marruecos, y he conocido gente maravillosa, musulmanes en su mayoría, que por supuesto no comparten este movimiento terrorista y que respetan la libertad del prójimo, como predica el Corán.

Por favor, no podemos satanizar a todos los practicantes de una religión pacífica como es el Islam. Yihadista no es sinónimo de musulmán.
En estos días he leído y escuchado comentarios xenófobos hacia el pueblo musulmán, que me gustaría no haber leído, así como me gustaría que lo ocurrido en París, NUNCA hubiese sucedido.
Pero lo que no podemos hacer es cargar contra una religión que practican más de mil millones de personas en el mundo, solo porque unos pocos hayan decidido re-interpretarla.
Que aunque sea triste, la historia de las religiones siempre ha estado manchada de sangre. Que a nadie se le olvide lo ocurrido durante la Edad Media con las Santas Cruzadas, que de santas poco tenían.

Ahora más que nunca, aprendamos de los errores del pasado y caminemos unidos, sean cuales sean nuestras creencias, en contra del terrorismo. Estoy segura que si existiese un Dios, así lo querría.

¿Cómo van esas Navidades?

Espero que bien. Yo estoy pasando unos días en Sevilla con la familia, aunque parte de mí querría estar en Marruecos.


La Navidad es una fiesta de origen cristiano, que no está presente en la religión musulmana, la religión oficial de Marruecos. Por tanto estas fechas no se celebran como tal en el país magrebí.
Y a diferencia de lo que algunos creen, el día de año nuevo tampoco es fiesta señalada en su calendario.
El mundo islámico se rige por el calendario hegiriano, que hace referencia a la hégira, la peregrinación que realizó el profeta Mahoma hacia la Meca en el 622 d.C.
A diferencia de nuestro calendario solar, el calendario se rige por 12 ciclos lunares de 28 o 29 días. Es por tanto 11 o 12 días más corto que el nuestro. Eso implica que nuestras fechas de fin de año no coincidan. Este año, por ejemplo, el Año nuevo islámico tuvo lugar el 25 de octubre.

Pero bueno, no desesperes si viajas estos días a Marruecos y crees que no vas a encontrar plan para esta nochevieja. 



Como ya os he dicho en alguna otra ocasión, Marruecos es un país en cierta medida occidentalizado y sobretodo eso se nota las ciudades más turísticas como pueden ser Marrakech o Essaouira. Por este motivo, y debido a que el turismo es el principal motor de estas ciudades, no iban a dejar escapar la oportunidad de festejar un acontecimiento tan popular en los países occidentales.
No encontraréis un reloj en la plaza Jemaa el Fna, pero sí fiestas organizadas en clubs y restaurantes de la ciudad, sobretodo los situados en la zona nueva de la ciudad, el barrio de Gueliz y más concretamente Hivernage.


Os dejo aquí el enlace de la que organiza Comptoir Darna, uno de los clubes más destacados de la ciudad.

También el club Theatre organiza fiestas durante todas las fechas navideñas. Podéis consultarlo aquí


Y si te apetece algo más tranquilo, también hay opciones para ti.

El desierto puede ser la clave. Sobretodo en el área de Merzouga son muchos los hoteles y campamentos que organizan algo especial para la noche de fin de año, con las estrellas como fondo y reemplazando las uvas por aceitunas. Nunca he pasado un fin de año allí, pero debe ser increíble,

Lo dicho, Feliz Año a todos y mis mejores deseos para 2015!!





Si hay una bebida más popular que la Coca Cola en Marruecos, es sin duda el té moruno, té a la menta o como dicen ellos, el auténtico whisky bereber.

Se trata de un tipo de té verde conocido como gunpowder que los británicos introdujeron en Marruecos en el siglo XIX, procedente de la India. Pero la peculiaridad del té moruno es la utilización de la menta en su preparación.
No es cualquier variedad de menta, sino una en concreto, Mentha Spicata, más conocida como Hierbabuena. Una planta aromática muy utilizada en postres y coctelería, que en Marruecos ha encontrado su combinación perfecta. Y es que degustar un té moruno es toda una experiencia para los sentidos.

La hierbabuena posee además propiedades medicinales. Principalmente ayuda a facilitar la digestión aunque también es analgésica y antiinflamatoria.

El agradable aroma de esta planta invade las calles de ciudades y pueblos. Hay multitud de puestos que se dedican exclusivamente a su venta. Cortada no dura mucho, apenas una semana. Pero si quieres traerte hierbabuena de Marruecos puedes comprarla desecada y embolsada. No es lo mismo pero conserva todo su aroma. Aunque lo más cómodo, si queréis disfrutar de un té moruno en casa es comprar la preparación de té con hierbabuena ya hecha. De esta manera si no tenéis mucha práctica en su preparación, no fallaréis.












Hay mucho que ver en Marruecos, pero sin duda, el desierto es un destino clave.
Ya os comenté en otro post que recientemente se ha estrenado una ruta aérea entre Madrid y Ouarzarzate, que nos acerca aun más al desierto. Pero las posibilidades de viajar al desierto se multiplican estando en Marruecos, principalmente en Marrakech.

Desde allí existen muchas opciones para visitar el desierto, principalmente el de Merzouga, el más turístico (o como dicen ellos, el desierto de Coca-Cola).
Son muchas las agencias que ofrecen paquetes turísticos de varios días en los que se incluye pasar una noche en el desierto. Los tours pueden ser privados o compartidos en grupos de unas 15 a 18 personas. Los viajes privados tienen sus ventajas, ya que puedes adaptarlo a tus necesidades: decidir la categoría de los hoteles, el transporte, etc. Mientras que la principal ventaja de los viajes compartidos es económica. Al ser viajes en grupo el precio por persona es bastante asequible.

Para mi último viaje a Marruecos, mi chico y yo contábamos con poco presupuesto así que optamos por hacer un viaje compartido, del que hoy os cuento mi experiencia.

Mi experiencia en un tour compartido

La verdad es que yo prefiero llevar las cosas bien atadas siempre que viajo. Por eso esta vez, reservamos previamente el tour a través de internet en la web de marrakechairporttransfer.com por 77,10€. En principio, pensábamos contratarlo a través de HostelsClub pero nos dimos cuenta que sólo actuaban de intermediarios, y que su precio suponía unos 10€ más.
El precio del tour también incluía el traslado desde el aeropuerto hasta tu hotel o riad.

En el mismo Marrakech también podréis contratar este tour ya que existen muchas agencias que lo ofrecen. Os preguntarán por la calle, e incluso podréis regatear el precio. También en muchos riads lo suelen ofertar.

Puntualmente el día de nuestra llegada a Marrakech un conductor de la agencia nos recogió en el aeropuerto y nos llevó hasta nuestro riad. En este trayecto perdí mi teléfono móvil pero no me di cuenta hasta que no estuvimos en el riad. Sufrí una crisis temporal ya que mi teléfono era el que habíamos dado para todas las reservas. Pero finalmente decidí tomármelo con filosofía...

A primerísima hora de la mañana, nos vienen a buscar al riad como habíamos acordado. ¡Menos mal!, no tener móvil me había creado inseguridades: Y si no vienen, y si no me localizan...
Nos acompañan hasta el minibús donde nos encuentramos con el resto de expedicionarios. El conductor, Yossef, es muy amable. Chapurrea un poco de inglés y otro poco de italiano así que conseguimos entendernos. Le cuento lo ocurrido el día anterior, a mi llegada a Marrakech, y le pido por favor si puede localizar al conductor que me había recogido en el aeropuerto. Yossef hace unas llamadas. Ahora habla en árabe así que no entiendo nada.
Nos ponemos en marcha y al cabo de un rato suena el teléfono de Yossef. ¡Es mi conductor!, que efectivamente tiene mi móvil. Yossef me pasa el teléfono y consigo hablar con él. Me dice que a mi regreso a Marrakech vendrá a entregármelo. En ese momento suspiré de alivio y pude echar mi primera cabezadita tranquila.
Tras atravesar el Atlas, la primera gran parada es en Ait Ben Haddou, donde nos espera un guía local llamado Mohamed que nos enseña el ksar. La visita es un poco rápida. No tenemos suficiente tiempo para poder disfrutar del lugar pero bueno, en estas excursiones ya se sabe.

Nos llevan a un restaurante donde comemos y aquí es donde se produce el milagro. Cuando estábamos levantándonos para irnos, por la puerta del restaurante veo aparecer a mi conductor. Él me reconoce y viene hacia mí para entregarme mi teléfono. No estaba previsto que coincidiéramos allí, pero él llevaba mi móvil encima por si acaso y la casualidad hizo el resto. Nos fuimos y yo infinitamente agradecida por la honradez de este hombre y feliz por haber recuperado mi preciado teléfono.
Partimos de nuevo. Paramos en Ouarzarzate, donde recogemos a otros dos viajeros. Apenas tenemos tiempo para poder visitar la Kasbah de Taurit ni el Museo del Cine. Seguimos en rumbo, atravesando el Valle de las Mil Kasbahs, el Valle de las Rosas, donde hacemos una breve parada y llegamos finalmente a las gargantas del Dades donde hacemos noche en un hotel. El hotel tiene unas vistas preciosas. Mi habitación da hacia el río. Eso sí, comodidades pocas.
Bajamos al salón, donde nos esperaba una chimenea encendida porque ya hacia frío y una cena muy rica. Sopa harira y cuscús. Cenamos todos juntos y tras una breve sobremesa cada cual se fue a su habitación.

Al día siguiente también madrugamos. Con caras de sueño desayunamos y partimos de nuevo. Paramos en la ciudad oasis de Tinghir. Allí otro guía local llamado Moha nos recibe y nos muestra los cultivos del valle, explicándonos de que manera trabajan las mujeres y contándonos un poco de historia sobre la ciudad. Después nos dirijimos a una casa tradicional donde fabrican alfombras. Nos sirven un té mientras nos muestran de que manera se teje, cuánto tiempo les lleva y finalmente las creaciones. La verdad es que las alfombras son preciosas, y sus precios no son desorbitados como en Marrakech, pero aun así, el grupo en general es bastante joven y no se muestra interesado por comprar.

Así que marchamos, esta vez para ver las Gargantas del Todra. Moha nos acompaña en el minibús, amenizando el recorrido con chistes y bromas. Comemos en un restaurante, nos despedimos de Moha y nos ponemos rumbo a Merzouga. Momento siesta en el minibús.


Hicimos dos breves paradas más hasta llegar a Merzouga. Y claro, con tanta paradita, cuando llegamos al desierto estaba atardeciendo y entre que subimos al camello y llegamos al campamento se nos hizo de noche. A mí esto me cabreó bastante, porque creo que el desierto es la atracción principal del tour y realmente apenas pudimos disfrutar de él. En el campamento de jaimas había tablas de snow para poder hacer sandboard, pero ya no había suficiente luz. Tampoco para hacer fotografías.
Una pena.


La noche en el desierto fue también demasiado descafeinada en comparación con otras veces que he ido. Los beréberes que nos acompañaban no tenían mucho interés por animar la velada, así que tras la cena nos conformamos con mirar las estrellas hasta que nos entró frío y nos metimos en las jaimas.

Por la mañana ocurrió lo mismo. Nos despertaron al amanecer y de nuevo al camello hasta el hotel donde tomamos el desayuno y nos pudimos asear un poco.

Tras el desyauno nos esperaban largas horas en la carretera con breves paradas y tan sólo una hora para comer en Ouarzarzate. Atravesar el Atlas de vuelta fue una auténtica odisea ya que uno de los chicos comenzó a encontrarse mal y a vomitar. Por tanto tuvimos que hacer más paradas de las que teníamos previstas. Doce horas después llegamos a Marrakech, nos despedimos de todos, nos dimos los emails y volvimos al riad para darnos una ducha y descansar.

Mi opinión sobre el Tour Low Cost al desierto

La verdad es que la inmensa mayoría de agencias (no sólo las que organizan viajes en grupo) programan la excursión al desierto de Merzouga en tres intensos días.
Yo particularmente no creo que este viaje esté bien planteado porque pasas el último día entero, metido en un minibús sin saber como ponerte. Así que si dispones de tiempo, yo recomiendo dividir el viaje al desierto en 4 días, pasando la última noche en Ouarzarzate. Yo lo he hecho así en alguna ocasión y se hace mucho más llevadero, sin tener la sensación de haber perdido un día en la carretera. Si realizas un tour privado puedes consultar con la agencia de viajes la posibilidad de hacerlo de este modo y si no, siempre puedes hacerlo por tu cuenta. Esto os lo contaré en otro post.

Por otro lado destacar la formalidad de la agencia y de sus conductores. Puntuales y honrados. No sólo por el detalle de mi teléfono móvil sino por el trato que recibimos de Yossef, un gran hombre y un gran conductor.

También comentar que en ningún momento nos sentimos obligados a comprar nada, ni siquiera en la casa beréber donde nos mostraron las alfombras, como suele ocurrir en otras excursiones donde los guías se llevan comisión de ciertas tiendas. Probablemente el guía tendría algún acuerdo con este artesano, sin embargo, al ver que nadie del grupo se mostró interesado nos despidieron cordialmente sin más. Tampoco paramos en ninguna otra tienda, ni nos quisieron vender nada durante el viaje como he leído que sucede en otros tours.

Tour low cost ¿sí o no?

Es tu opción si...

Viajas sólo.
Es una opción realmente económica para quien viaja sólo o en pareja.

Si te gusta relacionarte con gente de otros países, conocer otras culturas, practicar idiomas...
Para mí esto es uno de los puntos más positivos del viaje. El tour es multicultural: australianos, canadienses, franceses, ingleses, italianos, americanos... Aprenderás mucho y harás amigos.

Si dispones de pocos días
Para mí la mejor opción para visitar el desierto es hacerlo por tu cuenta, o en una excursión privada que previamente organices con una agencia en función de tus intereses y tu tiempo, sin embargo, si cuentas con pocos días, esta excursión es tu mejor opción.

No es tu opción si...

Necesitas de un guía que te lo vaya explicando todo. 
En los tours lowcost el conductor hace las veces de guía. Pero no todas las veces. Y hay cosas que si no las sabes o no te las cuentan las pasarás por alto en este viaje.

Lo que de verdad quieres es disfrutar del desierto.
Yo quería correr y saltar por las dunas para probar mi recién estrenada gopro pero esta vez me quedé con las ganas. Creo que la excursión está pensada para realizarla en los meses de verano, cuando hay más horas de luz. Nosotros la hicimos en octubre, que ya anochece antes. Pienso que en los meses con menos horas de luz se podría suprimir alguna que otra parada para disponer de más tiempo en el desierto. Pero bueno, a esto te expones cuando viajas en grupo. No depende de ti.
Para mí fue una pena, haber llegado tan tarde. Y eso que yo ya he estado anteriormente en el desierto. Pero para una persona que viaja por primera vez, creo que le sabe a poco.

El inglés no es lo tuyo.
Piensa que los grupos suelen estar formados por unas 17 o 18 personas. Aunque no todas procedan de países angloparlantes, el inglés se acaba convirtiendo en el idioma oficial del tour.

Buscas comodidad.
Ni el vehículo, ni los hoteles son los más confortables pero por el precio, no puedes esperar más.

¿Y tú cuál crees que es la mejor forma de viajar al desierto?
Espero tus comentarios

Si hay algo que no puede faltar en mi lista de compras cuando viajo a Marruecos son sin duda las especias.

Los árabes, fueron excelentes mercaderes, pero sin duda destacaron por tener el monopolio del comercio de las especias durante al menos 5.000 años. Los árabes compraban las especias en la India y la transportaban por rutas tanto marítimas como terrestres hacia los puertos del Mediterráneo. Allí las revendían a comerciantes italianos que eran los encargados de su distribución por Europa.

Con todos estos antecedentes, en la gastronomía marroquí no podían faltar las especias. De hecho, yo diría que las especias son la clave de la gastronomía marroquí.

Hoy os voy a hablar de la mezcla de especias más popular en Marruecos, Ras el Hanout


Ras el Hanout es una mezcla de especias (entre 5 y 30 especias distintas) y por tanto con una fórmula no exacta en su composición. Cada comerciante crea su particular versión de Ras el Hanout, aunque existen unas especias que sí suelen estar incluidas y que coinciden con ser las más usadas en la cocina marroquí: canela, azafrán, cúrcuma, pimienta negra, cardamomo, pimentón, nuez moscada o jengibre entre otras.

Existen diferentes leyendas y creencias sobre el origen del Ras el Hanout, pero la más extendida es la que cuenta que un comerciante de especias llamado Abdalá, acudía al mercado de la antigua ciudad bereber de Siyilmasa (la actual Rissani) con sus dromedarios cargados con sacos de diferentes especias. Al llegar, Abadalá descargó cuidadosamente sus preciados sacos para poder venderlos en el mercado. Pero entonces, sus dromedarios se enzarzaron en una gran pelea, rompiendo los sacos, quedando las especias esparcidas por el suelo y mezcladas entre sí.
El avispado comerciante recogió la mezcla de especias del suelo, llenando nuevamente sus sacos e intentó sacar partido al problema.
Aprovechando la próxima festividad del Cordero, Abdalá vendió la mezcla de especias como si de una combinación exótica se tratase, la cual era popular en toda Arabia, y cuya fórmula sólo conocía él. Su "engaño" fue un auténtico éxito, y pronto la peculiar mezcla de especias se popularizó en el norte de África. Hoy en día, es la mezcla de especias más característica de Marruecos.

Ras el Hanout significa literalmente "cabeza de la tienda" refiriéndose a lo mejor de cada tienda. Por tanto, cada vendedor añade su toque particular a la mezcla de especias. En algunos casos, también se le añaden flores como la Lavanda o la Rosa de Damasco.

La receta más popular en la que el Ras el Hanout es protagonista es el Tajine de Mrouzia, aunque esta mezcla de especias se puede utilizar en otras muchas recetas. Eso sí, usada con moderación, ya que su sabor es intenso. Un dicho un poco machista dice que el Ras el Hanout hace que todas las mujeres sean excelentes cocineras ya que su sabor puede camuflar las malas artes culinarias.

Las especias en Marruecos, las suelen vender al peso en bolsitas de plástico, por lo que os recomiendo al llegar a casa, las vertáis en botes de cristal para que conserven bien todo su sabor.
Yo utilizo esta especia para darle un toque especial a los arroces y guisos. También lo utilizo para aderezar el pollo y para hacer salsas para acompañar otras carnes. Pronto quedará inaugurada la sección de Recetas, donde os mostraré como utilizar el Ras el Hanout en algunos guisos, carnes, etc.