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De compras por Marruecos



Marruecos es mi particular paraĂ­so de compras. Cada zoco es una perdiciĂłn donde puedes encontrar cosas maravillosas.

Hoy os hablaré del kilim


A diferencia de una alfombra, el kilim es un tejido plano que se realiza entretejiendo los hilos de la trama. Podíamos decir que es similar a un tapiz. Sus motivos son principalmente geométricos y predomina el color, que se obtiene a través de tintes naturales, como la henna o el índigo. No sé sabe a ciencia cierta el origen de estos tejidos, pero actualmente su elaboración tradicional continúa en manos de pueblos nómadas de origen musulmán, como los beréberes.


Principalmente los kilims son utilizados como alfombras o a modo decorativo en paredes, sin embargo en los últimos tiempos, en Marruecos estos tejidos se están incorporando al diseño de bolsos, botas, cojines...
Sus vivos colores están marcando tendencias y ya son muchas las bloggers de moda que se han apuntado a la tendencia kilim, como podéis ver aquí.




Las botas kilim

En mi último viaje a Marruecos, no pude resistirme de nuevo a la tentación de comprarme unas botas kilim. Además de ser súper cómodas, y ser de piel auténtica, combinan perfectamente con looks sencillos. Con jeans quedan genial!!

Son muchas las marcas que se han apuntado a esta tendencia, realizando modelos similares. Pero para mĂ­ no hay comparaciĂłn. No tienen el encanto de las realizadas artesanalmente y compradas allĂ­, donde cada par es diferente (rarĂ­simo encontrar dos iguales, yo dirĂ­a que es misiĂłn imposible) y en las que se pueden apreciar los remates de sus costuras.

Algunas amigas me piden que les traiga una botas kilim auténticas cuando viajo a Marruecos pero ojo, cuidado con los encargos!! Al estar hechas a mano, los números a veces no equivalen realmente a nuestro tallaje. Incluso puede que te saquen dos pares del mismo número y aun así no tengan la misma medida. Si vuestro pie coincide con el de quien os ha hecho el encargo perfecto, pero sino, aseguraros bien de que el tallaje es correcto.

¿DĂłnde comprarlas? 


En las ciudades más al norte de Marruecos es poco frecuente encontrarlas ya que los kilims provienen de los artesanos beréberes que habitan más al sur del país. En Marrakech las encontraréis sin problemas y también en Essaouira.
En Ouarzarzate, por su proximidad a aldeas típicas beréberes, podemos comprar kilims a muy buen precio, pero no existe tanta variedad de botas.

Sobre su precio


Mis Ăşltimas botas las comprĂ© en Essaouira, ciudad costera prĂłxima a Marrakech, que os recomiendo visitar. Me costaron 350 dirhams (un poco menos de 35€). Tener en cuenta de que las botas están realizadas en cuero y están fabricadas artesanalmente, asĂ­ que hablamos de un muy buen precio. Por supuesto hay que regatear, ya que los comerciantes te pedirán un precio bastante más elevado. En Marrrakech, no creo que las consigas por 350 dirhams ya que como dije en otro post, los precios en Marrakech suelen ser más altos que en el resto de Marruecos. Pero conseguirlas por unos 450 dirhams podrĂ­a estar muy bien.

Para su cuidado, la lana con la que está hecha el kilim se puede limpiar con un trapo húmedo y jabón. Yo para la lana uso un jabón especial, pero no es necesario. El cuero se puede tratar con cera o grasa animal para protegerlo.

Estas son las mĂ­as y ya era momento de estrenarlas.






La primera vez que viajé a Marruecos, visité el norte del país.
Me impresionó que estando tan cerca, tan cerca, hasta el punto de poder ver la costa gaditana desde el puerto de Tánger, hubiera una diferencia tan grande. Al principio me chocó y sentí un poco de miedo a lo desconocido. Todo me sorprendía, todo era distinto. Pero no tardé mucho es descubrir la belleza en esas diferencias que nos separaban.

Sin embargo la primera vez que visité Marrakech no tuve esa sensación. No sentí ese tan cerca, tan lejos que ya os comenté en otro post. Por supuesto que existen contrastes, pero la huella europea se deja ver en la ciudad. Y esa influencia de nuestra cultura, ha marcado un carácter especial a Marrakech, aunque esto tenga su parte buena y su parte no tan buena.

La huella europea

Al ser Marrakech la principal entrada de turismo del paĂ­s, la ciudad es internacionalmente conocida y me atreverĂ­a a decir que la inmensa mayorĂ­a de su poblaciĂłn vive de ello.
Gracias a esta fuente principal de ingresos que es el turismo, Marrakech no es para nada insegura, (por lo menos yo no he vivido sensación de inseguridad en ningún momento). En toda la ciudad, pero en especial en la plaza Jemma el-Fna (la plaza con más ambiente de la ciudad) observaremos mucha policía velando por la seguridad del turista.

Marrakech se ha convertido en una ciudad muy liberal gracias a la presencia del turismo. Están tan acostumbrados a la afluencia de gente de todo el mundo que para nada les asombrará tu presencia.
Hay chicas que me preguntan si deben ir tapadas a Marrakech, si está prohibido enseñar los hombros o ponerse escote. Nada de eso está prohibido en Marruecos. No te van a detener, ni nadie se va a escandalizar, aunque eso sí, recibirás más de un piropo.


En parte gracias al turismo, en parte gracias a la globalización, el papel de la mujer lentamente está cambiando en Marruecos, especialmente en Marrakech. Allí vi por primera vez mujeres autóctonas con minifalda, que han decidido no llevar velo ni haik y vestir a la moda occidental. También mujeres que conducen sus propios vehículos e incluso mujeres policía. Si viajas desde otras ciudades del país, estos hechos sorprenden.
Por supuesto, sigue habiendo mujeres fieles a sus costumbres, pero el inicio del cambio está en esta ciudad.

Sin embargo también existen los efectos negativos de esta europeización como que los precios en Marrakech cada vez se parezcan más a los europeos. Ir de compras por sus zocos resulta mucho más caro que hacerlo en otras ciudades (aunque los productos suelan ser los mismos). La existencia de restaurantes y hoteles de lujo sólo pensados para el turista ha fomentado un incremento de los precios también en el pequeño comercio.
El problema es que ese incremento de los precios también afecta a una población cuyo salario mínimo equivale a unos 220 euros.
En mi último viaje a la ciudad, paramos en un hipermercado, similar a Carrefour que se encuentra a las afueras de la ciudad, en la carretera que va hacia Essaouira. Se trata de la cadena de hipermercados Marjane, también presente en otras ciudades marroquíes.
No me podía creer que al cambio un bote de champú Pantene, costase casi 4 euros (unos 40 dirhams). Ya me parece un precio alto en España, así que imaginaros lo que puede suponer para familias con sueldos tan bajos.

Otra cosa que no me gusta de Marrakech, es que la generosidad se suele agradecer con propina. Cosa que en el resto de Marruecos no ocurre tan descaradamente. Nada es gratis en Marrakech, incluso hacer fotos. Y entiendo que se viva del turismo, pero no a toda costa.

Y como en toda gran ciudad que se preste, el tráfico es un problema. La gran cantidad de vehículos hacen que Marrakech sea un auténtico caos circulatorio. Cruzar un paso de peatones puede ser una auténtica aventura.


Marrakech no es todo Marruecos, ni Marruecos es sĂłlo Marrakech

Supongo que si solo viajas a Marrakech, te puedes quedar con lo bueno o con lo no tan bueno de la ciudad, pero sin duda, creo que no habrás conocido toda la esencia del país.

Cuando conocí New York, pensé que conocía Estados Unidos, pero no era así, sólo estaba conociendo una pequeña parte del país. Al salir de la ciudad vi otra realidad muy diferente, ya no había rascacielos, ni taxis amarillos, sino casas bajas y coches rancheras.
Lo mismo ocurre con Marrakech. Es una ciudad preciosa, mágica y pintoresca, repleta de monumentos y bellos rincones, pero fuera hay otro Marruecos más desconocido y auténtico, lejos de la turística ciudad roja.

Sin duda, si quieres conocer Marruecos, te recomiendo que no sólo visites Marrakech, ya que pese a ser una ciudad fascinante no recoge toda la magia del país. Fuera, existe un país mucho más tradicional, con pueblos remotos por los que apenas pasan turistas, con ciudades que lejos del bullicio de Marrakech, son auténticos remansos de paz.

Te invito a ir descubriéndolas conmigo en este blog.
Marruecos es mucho más.